domingo, 27 de noviembre de 2011

Cosas que tanto odio


Lo reconozco, hoy me he levantado con el pié izquierdo y me he decidido a escribiros un post sobre las cosas que odio, algunos os mostraréis identificados con lo descrito en este artículo, otros en cambio no, para gustos colores.
No sé si os ha pasado alguna vez pero odio la tensión que se produce dentro de un ascensor, sobre todo si es pequeño y hay varias personas dentro, nos mostramos nerviosos, como si fuera necesario hablar o decir algo, una sensación extraña pero que te deja con un desasosiego difícil de describir.
Odio, y mucho, encontrar una caca de perro en la calle, y os podéis imaginar cuanto odio si esa caquita la piso sin darme cuenta, pero odio mucho más, como un millar de veces más, la falta absoluta de civismo cuando el dueño del perro deja a conciencia y sin importarle lo más mínimo la caquita o cacota para que otros puedan toparse con ella.
Siento odio cuando voy a pedir a la barra de un bar o cafetería y soy invisible a los ojos “expertos” del camarero de turno, sobre todo cuando otro cliente llega después de mí y es servido de inmediato.
Odio las colas que se producen en una ventanilla de un Organismo oficial o sucedáneo, pero odio más aún si al llegar a ser atendido el/ chico/a se encuentra hablando por teléfono con su madre o amiga sobre que ropa comprar sin importarle la falta de educación e indecencia que supone el hacer esperar a las personas por esa estupidez que nada tiene que ver con su trabajo. Además odio a aquellas personas que se dedican a la atención al público y sean secas, malajes o saborías, o simplemente se comporten de manera chulesca por el cargo que desempeñan, no se enteran que en la mayoría de las veces sus ingresos provienen directamente de nosotros que pagamos impuestos.
Me repulsa y por ello siento odio de aquellas cadenas de televisión en las que siempre están discutiendo a grito pelado y aquellas otras que mercadean con la vida, decente o indecente, de los demás, o las que, en cambio, conceden grandes cantidades de dinero a familiares de asesinos confesos para hablar de ellos.
Siento un profundo odio por aquellos “jefes” que se dedican a hacer la vida imposible a sus subordinados, y más aún cuando no valoran lo que realmente valen sus trabajadores, o simplemente no les pagan lo que se merecen.
Odio profundamente a aquellas personas que por tener éxito son capaces de poner zancadillas a los que encuentran a su paso e incluso pueden llegar a vender a su madre por conseguir sus objetivos.
Siento repugnancia de aquellas personas que no sufren tirando ingente cantidad de comida en su casa mientras otros muchos se mueren de hambre en distintos lugares no tan alejados de ellos.
Odio, y mucho, a aquellos pseudo-amigos que se han pasado años sin interesarse por nosotros y un santo día te llaman porque necesitan pedirte un favor.
Odio la falta de educación, odio al que no contesta nada a los buenos días, odio al que se cree superior a otro ser humano, odio al que es capaz de hacer daño, cualquiera que sea, a una mujer o a un niño, y sobre todo, odio profundamente al que se lucra del daño ajeno, a los violadores que doblegan a personas inocentes a hacer su voluntad y a los proxenetas que utilizan a pobres chicas, en la mayoría de las veces engañadas y amenazadas, para ganar dinero.

En definitiva, odio a esta sociedad corrupta y malintencionada en la que nos ha tocado vivir que premia a los chorizos de guante blanco sin corazón ni sangre en sus venas en detrimento de aquellas personas honestas que luchan día a día con sudor y lágrimas para sacar adelante a su familia.

2 comentarios:

  1. Y menos mal que el memo de Zetapé pica billete,aunque nos deje secos como una mojama..algo menos que odiar....

    ResponderEliminar

IMPORTANTE:
Los comentarios están sujeto a moderación, no se publicarán aquellos comentarios ofensivos o que atenten o pudieren atentar a los derechos de intimidad de terceras personas. El autor del blog únicamente se responsabiliza de los artículos que el mismo elabore y publique pero no de los comentarios de otras personas que se viertan en el blog.