tag:blogger.com,1999:blog-18483847615886892902024-03-05T11:15:13.819+01:00Las cositas de JacstiteEste es mi blog personal, hablaré de mis aficiones, mis inquietudes y mis miedos o preocupaciones, hablaré de lo que ame o odie, de todo en general o de nada en particular.Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.comBlogger58125tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-30375721892656932642015-08-03T20:39:00.000+02:002015-08-03T20:42:58.213+02:00Pensamientos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii94M4YCka28IMNCz0K-JClTjk6j1IuUft6Z09XHWVA7gTDkJbjaAYfjlLCEsT3GcaCCaguJn5jQ9qH84OuaCqkcmxyLY5orWJN3QvzQ_-yvGEvhgWB3s2Ic3G8kAbW7MrVSkKThtcnZ5_/s1600/noche+oscura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii94M4YCka28IMNCz0K-JClTjk6j1IuUft6Z09XHWVA7gTDkJbjaAYfjlLCEsT3GcaCCaguJn5jQ9qH84OuaCqkcmxyLY5orWJN3QvzQ_-yvGEvhgWB3s2Ic3G8kAbW7MrVSkKThtcnZ5_/s320/noche+oscura.jpg" width="320" /></a></div>
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Aunque pareciera una noche como cualquiera otra, no lo era en absoluto; algo se había roto en mi interior y ningún pegamento mágico podría jamas unir sus pedazos. Vagué sin rumbo fijo intentando digerir lo ocurrido. Miré las manecillas de mi reloj y, para mi sorpresa, eran aún las diez; ¿las diez?, ¿cómo era posible?; sólo había transcurrido apenas hora y media desde que salí ilusionado de casa al encuentro de la felicidad y tuve el pensamiento fugaz y acertado de que siendo tan temprano mis padres sospecharían que algo no andaba bien y, reflexionándolo con más calma, tampoco me apetecía dar explicaciones y ver la cara de otro ser humano, ni menos aún que ese mismo ser humano, fuese el que fuese, me viera el rostro desencajado de angustia que con toda seguridad se dibujaría en mi rostro.</div>
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<div class="p1" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span"> </span>Una vez llegué al portal de casa recorrí unos cuantos metros más allá para sentarme en un poyete en apariencia limpio. Estaba solo; ni un alma se vislumbraba en toda la manzana; magnífico símil de cómo me sentía. No hallé en ese momento razón alguna para que mis sentidos, todos ellos, se despertaran con una nitidez inusitada; noté sin mucho esfuerzo la piedra fría bajo mi cuerpo inmóvil, la brisa golpeando levemente las ramas de unos árboles cercanos que se transformó en cuestión de segundos en el rumor potente de una ventisca presagiando tormenta, el sonido desagradable y estridente de unos grillos revoltosos, y mi corazón destrozado que latía a un ritmo acompasado.</div>
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<span class="Apple-tab-span"> </span>Tuve pensamientos profundos y variados de mi pasado reciente y de cómo me veía en un futuro incierto, de mi alegría y de mi tristeza, del sentido de mi existencia o de la falta de él. Quise gritar, gritar bien fuerte al mundo entero que estaba harto, que dejaran de jugar conmigo, como medio hábil de alejar de mí ese desconsuelo que corroía mis entrañas pero, como podéis imaginar, de mis cuerdas vocales no salió sonido alguno. Sentí transcurrir mi miserable vida como en una película muda de Chaplin; pareciera que el universo en su conjunto se confabulaba en mi contra mediante mecanismos insidiosos para que tomara una decisión, la más difícil de todas; esa luz cegadora que podría redimirme se hallaba a escasos metros de mí, podía verla, tocarla levemente con la yema de mis dedos. No fue nada místico; esa luz eran los faros de un vehículo que pretendía aparcar en la acera, deslumbrándome por completo y despertando de mi febril ensoñación con esa bofetada de realidad. Tomé una decisión, claro que la tomé; nunca más me enamoraría, sería frío como un témpano de hielo y, de un portazo, cerré la puerta de mi dormitorio y figuradamente a la posibilidad de amar.</div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-16487811086775673412014-06-26T23:09:00.001+02:002014-06-26T23:14:33.811+02:00Cuento de un escritor<div class="separator" style="clear: both;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1tByxVARASLftSziLO1G7kOSFW5ZA-ar5LPmR1T2GoSYOmv1iVjoBDx8rq5f_FFbw9seLLMVWml8fDdVlNsXMjMvE4vM_KrikZ__bvoid0ZBg8Rjo1Kw38ktLl5il_HwpJtmwMfGbAlDL/s640/blogger-image-535321667.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="345" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1tByxVARASLftSziLO1G7kOSFW5ZA-ar5LPmR1T2GoSYOmv1iVjoBDx8rq5f_FFbw9seLLMVWml8fDdVlNsXMjMvE4vM_KrikZ__bvoid0ZBg8Rjo1Kw38ktLl5il_HwpJtmwMfGbAlDL/s400/blogger-image-535321667.jpg" width="400" /></a></div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Érase que se era un escritor afamado que había perdido por completo la chispa, el ritmo, la cadencia y la musicalidad a la hora de plasmar en un papel sus sentimientos, sus sensaciones, su mundo interior, por medio de palabras o frases que ya no brotaban con la singularidad y excelencia de antaño.</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Tal era así que apoyado en la mesa, presto y dispuesto, con la pluma dorada y el papel rugoso de las mejores ocasiones, comenzaba sin éxito el arduo esfuerzo de refrendar en su escritura lo que con tanta nitidez, en apariencia, se dejaba traslucir momentos antes en su analítica mente de contador de historias. Nadie podría achacarle, ni en los peores pensamientos hacia su persona, falta de interés en el intento; pero lo que antes era un juego de niños que escapaba incontrolado de su experta mano, en movimientos acertados de su impoluta caligrafía, ahora incomprensiblemente resultaba de todo punto insufrible. Nada de lo que emprendía tenía sentido, dejando traslucir, sin disimulo, un tufillo amargo de inquietante desesperación.</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Cuentan los entendidos que una noche el buen escritor despertó de una pesadilla con lágrimas en los ojos. En su sueño bajaba a los infiernos con tanta rapidez que le era imposible asirse a cualquier saliente de esa escarpada orografía. Al llegar finalmente al fondo del abismo se encontró solo; no existía nadie a su alrededor para preguntarle qué había sucedido y cuál era la razón de hallarse en tan horrendo lugar, sorprendiéndole no obstante, una vez había tomado conciencia a duras penas de su situación, una vocecita inocente, como de niña pequeña, que lo llamaba insistentemente entre restos de excrementos humanos de un olor indescriptiblemente infecto: "¡¡Henry, Henry, ven conmigo, por favor!!.</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Al escuchar esa preciosa voz pensó que ella sería la solución de todos sus males, y guiado por su intuición de explorador se hizo camino entre tanto obstáculo maloliente. Y así, una vez hubo recorrido varios cientos de metros, al rumor de aquella dulce voz cada vez más intensa y cercana llegó, casi sin darse cuenta, a un valle de frondosos árboles frutales y un sol de justicia que antes no se había manifestado. A la sombra del más alto una niña con un vestido vaporoso lo esperaba impaciente.</div>
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-- Henry, cuánto has tardado, ya pensaba que no vendrías a verme.</div>
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-- ¿Cómo sabes mi nombre y yo no sé el tuyo?, ¿quién eres?, ¿tienes idea de qué hago aquí? -- le expresó el escritor con tanta rapidez que parecía que tenía un tiempo límite para hacerlas valer.</div>
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-- No puedo creer que no te acuerdes de mí. Soy yo, tu musa, la que perdiste hace mucho tiempo.</div>
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-- ¿Mi musa? -- exclamó con una expresión de incredulidad en su rostro.</div>
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-- Mi querido Henry, tú no me veías pero allí estaba, he estado siempre a tu lado. ¿Por qué cuando te llamaba no me hacías caso?, ¿por qué desatendías la ayuda que te prestaba?, ¿es que quizás te sientes tan superior y arrogante como para no necesitarme?. </div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Abatido, y sin saber muy bien qué decir, comprendió que lo que una vez fueron las reglas inamovibles en su carrera, las mismas que habían guiado sus primeros pasos, ahora quedaban relegadas al más absoluto de los olvidos. Su mentor, el honorable Sir Houston Dayton le enseñó, entre otras muchas técnicas literarias, que por encima de su facilidad para unir palabras o su estilo personal, un escritor que se precie debe ser humilde, confiado en sus posibilidades innatas pero no lo suficiente como para manifestarse prepotente en el trato hacia otras personas, ni creerse el dios supremo que todo lo sabe y todo lo ve. A la larga, el sentirse superior sería su perdición. Y estaba en lo cierto.</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Tras esa pesadilla que le abrió los ojos ya no pudo aquella noche conciliar el sueño, y levantose con la ilusión del que recién empieza y comenzó primero a garabatear en una página en blanco para luego escribir y escribir, escribir y escribir.</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Pasaron horas, días, semanas, meses, y el buen escritor no hacía otra cosa que escribir como nunca antes lo había hecho; el cansancio no le vencía y se sentía como un crío con su primer juguete. Los folios se le amontonaban en la mesa, uno tras otro, y no podía parar de conmoverse y de ser partícipe de ese éxtasis literario. Se le agolpaban en la cabeza miles, millones de ideas que fluían ordenadas, plasmadas en el papel como si tuvieran vida propia. Debía acabar su obra maestra, ocurriera lo que le ocurriese; ésa era su mayor y única obsesión.</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Una mañana, cuando ya únicamente le quedaba el desenlace de esa historia tan maravillosa, creyó desvanecerse de su asiento. Las fuerzas le faltaban pero debía recuperarse; nadie en ese instante le hubiera podido convencer de que toda su vida carecía de sentido salvo para terminar su obra. Y siguió y siguió escribiendo; sólo le restaban unas simples líneas; podía conseguirlo aunque sus ojos se le nublaran y su corazón, por momentos, se le parara.</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Cuando hubo escrito "Fin" en esa última página, su postrero aliento que presagiaba la cercana muerte le insufló de manera mágica el poder que necesitaba para fabricar en su deteriorada conciencia ese pensamiento póstumo con el que todo escritor sueña: "Aunque muera viviré para siempre en la mente y en el alma de mis lectores". </div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-88698719480549627682014-02-26T07:00:00.000+01:002014-02-26T07:00:02.848+01:00El padre Amaral<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqMRylKo8P1F4QLq4FUSBxYMMp266kXigDSjsI3WG9MHcM1A1SyEigXjGYr9005eZ3WB-1Ci1ovHwf0KQvW2G8uvNLmO57wBxrDs7CFhp54BG-83Uhyphenhyphen-bCv9ArAmZGtenV5sbmwyhtYqHH/s1600/san_cl1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqMRylKo8P1F4QLq4FUSBxYMMp266kXigDSjsI3WG9MHcM1A1SyEigXjGYr9005eZ3WB-1Ci1ovHwf0KQvW2G8uvNLmO57wBxrDs7CFhp54BG-83Uhyphenhyphen-bCv9ArAmZGtenV5sbmwyhtYqHH/s1600/san_cl1.jpg" height="277" width="320" /></a></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
El proyecto de este mes de adictos a la escritura propone un singular relato. Consiste, en esencia, en la elección de un autor y un libro, debiéndose escoger la primera frase del mismo y, a partir de entonces, componer nuestra historia, no teniendo que ser un resumen o copia del original sino que, por el contrario, decidir qué hacer con la misma sin más limitaciones que nuestra propia imaginación.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
En mi caso he elegido un libro que fue un regalo de mi hermana y que, por esa razón y por muchas otras, me encantó de la primera línea a la última. Sin más preámbulos diré que el escogido es “El crimen del Padre Amaro”, del escritor portugués Eça de Queiróz.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
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<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
Aquí comienza mi relato, que he denominado “El padre Amaral”:</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
Fue un domingo de Pascua cuando se supo en Leira que uno de los párrocos, José Migueis, había muerto aquella madrugada de una apoplejía. El párroco era un ser bajito y orondo; sus carnes sobresalían sin esfuerzo de un cuerpo poco agraciado y su carácter déspota, rayando lo desagradable, no hacía más que despertar desprecio en cada lugar en que aquella masa ingente de grasa osaba moverse. No era difícil imaginar su previsible final. </div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
Nadie echó de menos su pérdida e incluso, según cuentan, se escucharon vítores de júbilo entre sus lugareños ante la feliz pérdida.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
La maquinaria de la iglesia comenzó entonces a funcionar para encontrar un sustituto. No se supo cómo, ni qué hilos fueron tocados, pero llegó a Leira un nuevo sacerdote con un pasado poco claro que respondía al nombre de Amaral Navajas. Era joven y con un atractivo que difícilmente podía quedar indiferente ante las miradas lascivas de las mujeres de la localidad. Lo tenía todo para convertirse en una bomba a punto de explotar en aquel paraje insólito donde nunca ocurría nada.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
A la llegada del padre todo fueron parabienes. El Alcalde, la aristocracia más rancia y un grupo indeterminado de mojigatas y jóvenes solteras al rumor de la belleza de Amaral se apostaban en la Plaza Mayor, para ofrecer al nuevo miembro de la curia una calurosa bienvenida. Nada más alcanzar Leira se fue ganando, poco a poco, el favor de todos sin importar clase, posición, sexo o color de piel; su extremada educación edulcorada con su vasta cultura y esa manera de hablar sencilla, pausada y profunda, impropia en un joven de su edad, fueron consiguiendo sin mucho esfuerzo que se plegaran a sus consignas; todos lo querían por una u otra causa.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
El joven sacerdote era una persona aferrada a unos fuertes principios morales y de creencia hacia un Dios divino, que todo lo puede pero que está ciego e impasible ante los pecados abominables de los hombres; la vida le había enseñado, a base de palos y sufrimiento, que los malos y explotadores siempre acababan con riqueza y poder sin que nadie se animase a menear ni un dedo contra ellos; en cambio, a los buenos y puros, se les señalaba como torpes o idiotas y terminaban sus pobres vidas en la más absoluta indigencia, o muertos a manos de esos mismos mal nacidos. Ante la duda tenía claro que optaría por su propio provecho, aun a costa de contravenir sus votos de fe.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
Cierto día, cuando hubo cumplido seis meses de incesante trabajo en la parroquia, se le presentó por sorpresa una joven cuya belleza sobresalía por encima de todas las mujeres que había tenido ocasión de conocer. La chica, de ojos negros, grandes y profundos, y de cabellos oscuros y sedosos que le caían graciosamente por su tierno rostro de porcelana, respondía al nombre de María Magdalena de Medeiros. Era hija de uno de los terratenientes más insignes y poderosos de Leira y le expuso, entre lágrimas y en secreto de confesión, un problema que al menos para ella resultaba insufrible.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
— Avemaría purísma — dijo María compungida, arrodillada en el confesionario.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
— Sin pecado concebida. Hija mía, ¿qué te aflige?.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
— Padre, he pecado, he pecado mucho por amor y no sé qué hacer.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
— Dime, hija mía, estoy aquí para ayudarte y perdonar esos pecados que te acongojan — refirió el padre con esa solemnidad que conseguía ablandar el alma de sus feligreses.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
— Padre, me he enamorado de un hombre casado. Quiero dejar de verle, pero mi deseo hacia él y mis ansias de permanecer a su lado me lo impiden. Cuando me habla me siento perdida y sucumbo a sus designios más oscuros. He mentido, sobre todo a mi padre, para estar junto a él. Ya no puedo más; quiero acabar con todo esto pero no sé cómo hacerlo y acudo a usted, padre, para que me ayude y me ofrezca el consejo que necesito.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
— Eso es gravísimo, madre de Dios bendita. Has infringido, por si no te habías percatado, el cuarto, sexto y octavo de los mandamientos. Inmediatamente te exijo, si no quieres que la ira de Dios caiga sin remisión sobre tu pecador cuerpo, que dejes de ver a ese hombre, que nunca más hables con él, y si por un casual vuelves a tener deseos pecaminosos, debes venir de inmediato a la casa del Señor y hablar conmigo. Yo sabré qué hacer para que no caigas, irremediablemente, en las garras del demonio. Aparte de ser tu sacerdote aspiro a que me veas como un amigo que va a cuidar de ti. Reza veinte avemarías y otros veinte padrenuestros. Por el poder que me ha sido concedido del mismísimo Dios padre, yo te absuelvo in nomine pater et filii et espíritu santi. Amén.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS8Q4BCRXrwUWgE8GsAxap7L7ELb8qJiYWh1cd3PtqonSraazAc_4rcAMXxCS-rWQzXsSSzc-MzlmdAttStqtBe8qWwQRM4t4vJ7LjM_mN7uQkmDKFtNUjIbL2lG3VZqoqTP8QXZ__9Ckn/s1600/sacerdote-reza-el-rosario.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; display: inline !important; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS8Q4BCRXrwUWgE8GsAxap7L7ELb8qJiYWh1cd3PtqonSraazAc_4rcAMXxCS-rWQzXsSSzc-MzlmdAttStqtBe8qWwQRM4t4vJ7LjM_mN7uQkmDKFtNUjIbL2lG3VZqoqTP8QXZ__9Ckn/s1600/sacerdote-reza-el-rosario.jpg" height="203" width="320" /></a></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; font-size: 18px; min-height: 21px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
Al marcharse la muchacha, Amaral quedó prendado de su extremada hermosura e inocencia sin igual. No sabía la razón de esa locura adolescente que nublaba sus sentidos, pero ardía en deseos de volver a verla, de mirarla a los ojos; de relamerse al contemplarla, como lo hace un perro ante su ansiado hueso; de poseer aquel cuerpo angelical a toda costa, aun a sabiendas de que no debía hacerlo. Pero eso ya no le importaba; la semilla de la pasión había germinado irremediablemente en su carne y, en ese preciso instante, supo que si traspasaba esa frontera invisible y saltaba al vacío ya no habría vuelta atrás. Mataría por ese amor prohibido e inconsciente, si fuera preciso, para satisfacer esa primitiva aspiración de sentirse un hombre completo, aunque la culpa anidara en su corazón para siempre.</div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com20tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-13979987477456273592014-01-28T08:32:00.000+01:002014-01-30T13:44:27.976+01:00El bosque<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQzBCIjrsih0Cg2oR2nkht_I52C10-0C7kikUwGi5_s2eC6yjAaODmytT0KMogl4T_-wPc9wymoEn12jbPXVohG7GBTx0eujn01IU0N9mOJldAeM_AKtudHwuHKnGgghVrVFqmUBo6QVOH/s1600/bosque.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQzBCIjrsih0Cg2oR2nkht_I52C10-0C7kikUwGi5_s2eC6yjAaODmytT0KMogl4T_-wPc9wymoEn12jbPXVohG7GBTx0eujn01IU0N9mOJldAeM_AKtudHwuHKnGgghVrVFqmUBo6QVOH/s1600/bosque.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<div class="p1" style="text-align: justify;">
Una sensación nauseabunda recorría todo mi cuerpo, lo que no presagiaba nada bueno. Me sentía mareado, mi cabeza daba vueltas sin control. Abrí los ojos, aunque con bastante dificultad, para poderme ubicar y sólo pude observar un paraje insólito, con altos árboles que probablemente fuesen robles y sin ninguna construcción ni presencia humana; era un bosque sombrío con gran vegetación. Intenté sin ningún éxito recordar quién se suponía que era y cual había sido la razón de encontrarme en ese lugar desconocido para mí; incomprensiblemente la memoria de mi vida y mi existencia se había reseteado como el disco duro de un ordenador viejo.</div>
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Un sexto sentido extraño me dictaba que abandonara lo más rápido posible ese sitio, pero me hallaba inmóvil; mis músculos no respondían a las órdenes de mi cerebro: "levántate, ¿qué haces que no te mueves y te vas cagando leches?”.</div>
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La negrura se iba apoderando, inexorablemente, de aquel desapacible lugar, y por añadidura de mí mismo. A medida que pasaba el tiempo, con aparente dificultad, se hacía más insoportable mi situación; la realidad me gritaba sin compasión que no podía moverme por mucho que lo pretendiera, siendo por ello presa fácil de cualquier depredador que, de ese modo absurdo y sin sentido, satisfaría con enorme facilidad su necesidad primaria de alimento: qué equivocado estaba entonces; el peligro inminente de perder la vida distaba mucho de hienas, jabalíes, zorros o lobos que osaran acercarse en la búsqueda de una presa indefensa.</div>
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Creo que me dormí durante breves instantes, o quizás fuesen minutos u horas, de eso no estoy seguro, y al despertar no puede decirse que hubiese recuperado, ni siquiera en parte, algunas de mis facultades perdidas. La noche ya había invadido sin ningún miramiento ese bosque, pudiendo sólo vislumbrarse una tenue luz que provenía, probablemente de la luna que presidía el firmamento. Un chasquido como de pisadas sobre hojas secas a escasa distancia de mí, que se fueron sucediendo a lo largo de interminables segundos, quebró el hasta entonces silencio sepulcral que lo invadía todo. Deseaba mover la cabeza para descubrir qué era lo que estaba sucediendo; juro que volví a albergar la esperanza de lograrlo, pero por desgracia nada sucedió. Los nervios que comenzaron con simples escalofríos involuntarios fueron irrumpiendo, poco a poco, mi desvalido cuerpo. Quise gritar, pero mis cuerdas vocales no emitían ni el más mínimo zumbido y fue entonces cuando divisé con todo lujo de detalle el semblante impávido de la implacable muerte que me acechaba; el reflejo resplandeciente de la luna sobre una hoja de metal afilada y unos ojos enrojecidos y amenazantes en busca de venganza.</div>
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<div class="p1" style="text-align: justify;">
Recuerdo que antes de perder el conocimiento escuché, sin que sintiera ningún daño físico, el golpe hueco del metal sobre el firme húmedo con un crujir de huesos, y a continuación mostrarme, cual trofeo ganador, aquel ser lleno de odio la que presumiblemente fuese mi inerte y ensangrentada mano izquierda despegada de mi brazo entre enormes carcajadas, gritando “ya no volverás a firmar nunca más”. </div>
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<div class="p1" style="text-align: justify;">
Recuperé poco a poco el sentido con el sonido estridente de una máquina, click click click click. Me hallaba en la blanca habitación aséptica de un hospital lleno de tubos y cables conectados a mi cuerpo. Reminiscencias de mi pasado fueron llegando a mi conciencia como un puzzle que es completado: me encontraba en la calle cuando un hombre requirió mi atención con lágrimas en los ojos; resultó ser el esposo de una fallecida en accidente de tráfico al impactar de frente con otro vehículo que se saltó una señal de stop y yo, como ministro de justicia había ordenado, según me expresaba con enorme pesadumbre en su voz, el indulto del condenado. Le repliqué, sin reconocer el peligro subyacente que denotaban mis palabras, que el indulto era una medida de gracia y que si se le había impuesto, cosa que en ese preciso instante desconocía, había sido por la sencilla razón de que el conjunto de las circunstancias concurrentes en el caso así lo aconsejaba, despidiéndome de ese señor con un escueto: “lo siento mucho, pero debo marcharme para atender asuntos de enorme importancia, que tenga usted un buen día”. Lo próximo que logré recordar de nuevo fue un dolor intenso en la cabeza y despertarme en ese oscuro y lúgubre bosque.</div>
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Intenté zafarrme como pude, con las escasas fuerzas de que disponía, de todo ese instrumental médico que me cubría para comprobar si era cierto que mi mano izquierda permanecía intacta y lo que obtuve fue mucho peor de lo que hubiera podido imaginar. De mis extremidades pendían no mis manos sino sendos muñones recubiertos con esmero de una gasa limpia e inmaculada.</div>
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<div class="p1" style="text-align: justify;">
Siempre he sabido que los actos que llegamos a completar en nuestro peregrinar mundano tienen su consecuencia; la ley física de la acción y la reacción. En este caso, para unos resultó ser la muerte probablemente buscada y consentida, a manos de Agentes de Seguridad Nacional, por el secuestro y las lesiones infringidas a un miembro del gobierno de la nación. Otros, en cambio, vivirán hasta el fin de sus días con ese sentimiento de culpa que daña, os lo aseguro, más que los cartuchos de un rifle de cañones recortados, y con el recuerdo imperecedero, tanto despierto como en sus peores pesadillas, de ese ruido seco e impactante de una hoja afilada de metal sobre la tierra húmeda del bosque. </div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-71092253140974881142013-09-05T18:38:00.000+02:002013-09-05T18:39:26.507+02:00El ego del escritor<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El otro día me encontraba charlando de lo divino y de lo humano con unos amigos y salió, casi sin querer, el tema del ego del escritor. La conversación resultó sumamente interesante para los presentes y aquí en mi blog, santo templo de mis pensamientos, deseo contaros mi opinión al respecto.</span></div>
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<span style="font-size: large;">Es cierto que el ego de una persona puede demostrarse independientemente de la profesión a que se dedique. Concretamente, a la profesión a la que le ofrezco, sin dudarlo, la mayoría de mi tiempo que es, como muchos ya sabéis, la de abogado, podría identificar con nombres y apellidos a algunos de mis colegas cuyo ego es más grande que el Estado de Nueva York aunque, no es menos cierto, que el ego del escritor es visible a leguas sin necesidad de que nadie nos lo cuente, las razones de ello las desconozco.</span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">No soy psicólogo ni pretendo serlo pero ellos, quizás, no diferirán mucho conmigo en la apreciación de que el ego se puede asemejar a un complejo de inferioridad padecido en el pasado que a la edad adulta se transforma en el "yo soy el mejor de todos, el puto amo"; o igual es la consecuencia de un mecanismo de defensa de su cerebro al sentirse importantes. Sea como fuere, en el escritor ya consagrado como aquel que empieza a ser famosete, resulta sintomático ese cambio de postura, al menos a mis ojos inocentes.</span></div>
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<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">En honor a la verdad debo decir que de los escritores o escritoras que conozco (pienso que bastantes en número y en calidad literaria), la gran mayoría de ellos o ellas no sufren de ese mal endémico, aunque "haberlos haylos". Las señales que transmiten todos las conocemos: miran por encima del hombro al que creen inferiores, se unen como en un gheto con otros de su misma condición no dejando que los demás de los mortales accedan a ese círculo de confianza, suelen ser amables y condescendientes con su prójimo pero no le pidas cercanía o empatía pues no te la trasladarán.</span></div>
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<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-size: large;">No deseo con este artículo crear ningún tipo de polémica pues poseo grandes amigos escritores que no quiero que puedan verse dolidos e identificados con mis palabras (algunos o algunas me han ayudado cuando los he necesitado y por ello merecen todo mi respeto y consideración más absoluta), pero si es así viene como anillo al dedo la expresión castiza de "</span><i style="font-size: x-large;">el que se pica ajos come</i><span style="font-size: large;">".</span></div>
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<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-size: large;">Por último, mis queridos lectores, deseo rogaros que si algún día me veo infectado por ese virus del demonio al publicar una novela o varias de ellas, hacedme el tremendo favor de contármelo sin dilación y sin ningún tipo de reparo o miedo, sabré recompensaros por vuestra sinceridad pues opino, ahora que soy un proyecto de escritor, que la humildad y ayudar con tu experiencia a personas que pudieran precisarla, es de los mayores regalos que un ser humano puede ofrecer a otro. </span></div>
<br />
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Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-15433293542048954582013-09-01T17:41:00.000+02:002013-09-01T17:41:05.179+02:00La vida de otro (relato corto)<br />
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Me hallaba en la cama, no podía dormir. Una sucesión de imágenes sin sentido se sucedían en mi cabeza y no dejaban que el reparador descanso que necesitaba se hiciera realidad.</span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; min-height: 15px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Me levanté sin mucho esfuerzo (eso a veces me funciona contra el pertinaz insomnio), y aun estando acostumbrado a la oscuridad, no lograba reconocer mi habitación. Donde se suponía que debía estar la puerta de acceso al cuarto de baño del dormitorio principal existía únicamente el tacto inconfundible de una pared fría. No quise encender la luz para no despertar a mi querida esposa y me acosté de nuevo con una sensación extraña. Con gran fortuna para mí, concilié el sueño enseguida.</span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; min-height: 15px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Una pesadilla con enormes monstruos deformes que deseaban mi muerte, mientras lo destruían todo a su paso y yo intentaba sin mucho éxito escapar de ellos, consiguió despertarme con el corazón latiéndome a mil por hora. Debían de ser las cuatro o las cinco de la madrugada y mi despertador sonaría sin compasión en unos pocos minutos, ya que mi trabajo de Broker al que detestaba pero me ofrecía la posibilidad de tener lo que tenía, requería mis servicios. Casi por instinto acudí al regazo de mi mujer pero la cama incomprensiblemente se encontraba vacía. De un respingo me incorporé cual resorte mecánico y acudí a pulsar el interruptor de la electricidad de mi mesita de noche, pudiendo hallarlo a duras penas. Al iluminarse la estancia no pude creer lo que se me presentó ante mis ojos; una estancia muy distinta a la que hasta entonces había sido mi lugar de descanso: la habitación era muy pequeña, de apenas unos cuatro metros cuadrados, estrecha y rectangular, con muebles baratos sin demasiado gusto y el cuadro de un lugar que me resultaba muy familiar a lo alto del cabecero de una cama que no era la mía.</span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; min-height: 15px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Recorrí el humilde y destartalado piso con la intención de descubrir alguna minúscula pista del por qué me hallaba en ese infecto lugar, pero no supe conseguir una respuesta convincente. ¿Qué fue de mi apartamento en la Quinta Avenida y de mi amada Any?; ¿me estaré volviendo loco?; ¿es todo un sueño?. No se cómo pero acabé en el suelo vomitando lo que debió ser mi cena de anoche; todo muy asqueroso.</span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; min-height: 15px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Decidí que quizás me vendría bien una ducha fría, e hice de tripas corazón en ese cuarto de baño que había sido pasto de los cerdos, o poco le quedaba. Acudí al armario del dormitorio y sólo pude divisar varios pantalones vaqueros desgastados y sucios, y algunas camisas a cuadros bastante impersonales. Salí a la calle, pues estaba desorientado con esa bocanada de una supuesta realidad desconocida para mí. Las calles, en apariencia similares a como las recordaba, parecían distintas, como si hubiese pasado el tiempo y nadie me hubiera avisado. Casi de manera mecánica mis pasos me dirigieron al lugar donde trabajo en la torre norte del World Trade Center, y una sensación de agobio comenzó a apoderarse de mis sentidos a medida que me iba acercando, pues toda la manzana había cambiado radicalmente, las torres, que antaño habían sido el santo y seña de esta ciudad de negocios, ya no podían mostrarse orgullosas al mundo enseñando sus virtudes; simplemente habían desaparecido del mapa: ¿qué fue de ellas?; ¿y qué había sido de mi ocupación laboral?.</span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; min-height: 15px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Hundido en mi propia miseria, caminé sin rumbo durante horas que resultaron eternas; no podía comprender lo que había sucedido en mi ciudad y en mi mente para olvidarme de todo; quizás el recuerdo fuese tan traumático que quisiera no recordarlo jamás y, en ese preciso momento, la imagen del cuadro que me resultaba tan familiar volvió a mí: un bombero rodeado de escombros, humo y desesperación, llevando en brazos el cuerpo desvalido de un hombre. </span></div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-70488427502402112422013-08-09T11:12:00.001+02:002013-08-09T11:12:56.370+02:00La cara (capítulo 3). El encuentroA David le costó mucho decidirse a llamar a Sara. Por un lado, se encontraba ansioso e incluso excitado de volver a escuchar la voz de la dulce muchacha; por otro, nervioso por cómo iba a reaccionar y por si era buena idea el contarle lo sucedido. Se armó de valor y descolgó su teléfono, marcando con dificultad los números de su compañera.<div><br></div><div>-- ¿Dígame? -- Dijo Sara con curiosidad por conocer quién era su interlocutor.</div><div><br></div><div>-- Hola, Buenas tardes, Sara. No sé si sabes quién soy, David Templar -- pronunció el Jefe de Marketing con evidente apuro y desconfianza en su tono de voz.</div><div><br></div><div>Sara se sorprendió al recibir la llamada de David después de lo ocurrido la noche anterior. No le cuadraba ese presunto interés en ella tras su desplante. Igual las habladurías se equivocaban y David no era lo que ella había pensado que sería; quizás fue muy injusta con él. De hecho, se encontró tan a gusto en su compañía que podría decirse que deseaba haber errado en su percepción.</div><div><br></div><div>-- Ahh, Hola David, qué sorpresa, ¿qué se te ofrece?.</div><div><br></div><div>-- Sara, a ver cómo te lo explico. Necesito verte. Me ha ocurrido una cosa muy extraña esta mañana y quería saber tu opinión.</div><div><br></div><div>-- ¿Extraña?, ¿cómo de extraña?. Supongo que ahora me vendría bien un café y me lo cuentas; no puedes dejarme con la intriga. ¿Conoces la cafetería Wilson en la calle Churchill?. Es una cafetería que me encanta -- expresó Sara con esa naturalidad tan característica de su personalidad.</div><div><br></div><div>-- Sí, la conozco; perfecto, ¿a las cinco y media es buena hora?.</div><div><br></div><div>-- Genial y, por cierto, me ha gustado mucho que me llamaras. Hasta dentro de un ratito.</div><div><br></div><div>Una vez pronunciadas esas palabras, Sara se arrepintió inicialmente de la sinceridad demostrada pero, al fin y al cabo, era la verdad y la chica podría pecar de prejuzgar a las personas o de mostrar una coraza a los hombres para evitar sufrir el rechazo, pero la franqueza no estaba dentro de sus defectos, aunque no lo manifestara la noche anterior.</div><div><br></div><div>A la hora señalada David se encontraba esperando en la puerta de madera color rojo de la entrada de la cafetería, y al llegar Sara pasadas las cinco y cuarenta se preocupó sobremanera al ver su expresión; era una mezcla entre pavor y seriedad que no vaticinaba nada bueno. Se saludaron de modo cortés a la manera inglesa y se sentaron al fondo, en la única mesa que se encontraba libre del local. David le ofreció a Sara la silla para sentarse, como todo un caballero. Una vez ambos se acomodaron en sus respectivos asientos, David comenzó a hablar.</div>Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-49892104811602352092013-07-28T10:44:00.001+02:002013-07-28T10:44:43.549+02:00Encerrado. Un homenaje a Emile Griffith, el boxeador cinco veces
campeón en los años 60
<div class="page" title="Page 1">
<div class="layoutArea">
<div class="column">
<p><span style="font-size: 12.000000pt; font-family: 'TimesNewRomanPSMT'">Emile Griffith se hallaba postrado en la cama de una inhóspita y deprimente habitación de
un hospital cualquiera. El antaño cinco veces campeón del mundo de boxeo de los pesos
welter y medio en los años sesenta, famoso por matar, mientras luchaba en el cuadrilátero, a
su compañero de profesión Bennie Paret, y también, a su pesar, por su condición homosexual en ese mundo de
machos, se encontraba ante el mayor combate de su existencia, su cercana e inminente
muerte. Todos decían que la demencia que padecía le había hecho olvidar quién había sido
pero eso no era del todo cierto.
</span></p>
<p><span style="font-size: 12.000000pt; font-family: 'TimesNewRomanPSMT'">“</span><span style="font-size: 12.000000pt; font-family: 'TimesNewRomanPS'; font-style: italic">Las ideas se confunden en mi cabeza. Recuerdos sesgados de un tiempo mejor,
opulencia y desenfreno. No logro discernir a que me dedicaba pero un olor fuerte a sudor
intenso mezclado con lejía a granel y un dolor indescriptible en todo mi cuerpo me hacían
sentirme vivo, único, el mejor.
</span></p>
<p><span style="font-size: 12.000000pt; font-family: 'TimesNewRomanPS'; font-style: italic">En mi mente retumban sin control ecos ensordecedores de un público entregado gritando
mi nombre y yo, en justa correspondencia, me veo a mí mismo haciendo el ademán del
saludo como si de una estrella se tratara. Pero no, no me siento una celebridad quizás por un
sentimiento de culpa extraño que me corroe las entrañas y me quita poco a poco las escasas
fuerzas que aún conservo. La razón y el motivo, no las se.
</span></p>
<p><span style="font-size: 12.000000pt; font-family: 'TimesNewRomanPS'; font-style: italic">El tormento que ahora sufro no es físico y nada tiene que ver con la culpa sin nombre,
sobrepasa con creces todo lo inimaginable: ¿es un crimen ser homosexual?, ¿que le importa
al universo el ser lo que soy?, ¿he hecho daño a alguien?, ¿he matado a alguien para que me
hagan sentir mierda por ser así?</span><span style="font-size: 12.000000pt; font-family: 'TimesNewRomanPSMT'">”.
</span></p>
<p><span style="font-size: 12.000000pt; font-family: 'TimesNewRomanPSMT'">Esas preguntas sin respuesta martilleaban sin cesar esa mañana la enfermiza mente del
boxeador. Necesitaba una vez más escapar, sentirse a salvo de esa cárcel invisible construida
a base de barrotes de intolerancia y desprecio que lo habían confinado toda su
vida. Resulta curioso que la humanidad en su conjunto manifestase, sin que Emile lo hubiese
siquiera solicitado, el infinito acto de generosidad que suponía perdonar a este pobre hombre de haber
matado a base de golpes en el ring a Bennie y, por el contrario, no hiciera lo mismo con su condición sexual,
hasta sus últimos días. Emile murió en soledad y en la más absoluta pobreza el 23 de julio de
2013; esa fue su llave, la única posible, que lo liberó finalmente de su encierro para sentirse
libre y en paz consigo mismo. </span></p>
</div>
</div>
</div>Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-75171359660730205842013-07-10T21:35:00.001+02:002013-07-10T21:35:16.172+02:00El advenimiento<div>La angosta negrura se cernía sobre él. El grito desgarrador de un lobo no hizo más que agrandar la inquietud de su corazón. Todo estaba ya consecuentemente preparado; las velas en forma de estrella, un monje de capa negra que presidía el acto, la muchedumbre susurrante portando también capa aunque de distinto color, y una pila donde debía suceder todo.</div><div>El monje con su cutural voz de ultratumbla le habló:</div><div><br></div><div>- Acércate aquí a la fuente de la sabiduría máxima Fangarian hijo de Oblivion, ¿vienes aquí libre y voluntariamente?</div><div>- Si, lo hago, -- pronunció el chico</div><div>- ¿Juras lealtad a la causa y a tu Jefe Supremo aunque en el intento te alcance la muerte?</div><div>- Si, Juro</div><div>- Desde este preciso instante serás coronado como político del Partido Azul. Podrás expropiar, confiscar, malversar caudales públicos y cometer todo tipo de tropelías si tu Jefe Supremo te lo manda. Anda y sírvete de tu pueblo que espera tu advenimiento.</div><div> </div>Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-29602174734735561642013-07-10T20:51:00.000+02:002013-07-10T20:51:19.159+02:00Microrrelato "El Acusado"<br />
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">El ecléctico y pusilánime acusado se hallaba acorralado y a los pies del cadalso en esa sala de vistas, donde con absoluta certeza iba a resultar condenado. </span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">El Guardia Civil, como testigo implacable, y un insigne Fiscal que apodaban el “aguja” por su extrema delgadez, e hiriente en la manera de manejarse con la toga puesta, tutela de los perjudicados y brazo ejecutor de los que osaran infringir la Ley, le llevaban al convencimiento de su trágico final. </span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Una sensación nauseabunda por su desamparo se apoderó irremediablemente de él; de su frente comenzaron a brotar gotas ingentes de sudor frío sin control; deseaba que todo fuese un sueño y que ese episodio no fuera real. No tuvo tanta suerte. </span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Su imberbe y tartamudo abogado defensor de oficio y el rostro impasible del Juez sentenciador acabaron de desmoronar su vana esperanza. </span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">“Póngase en pie y acérquese al micrófono, ¿cómo se declara?</span></div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-45033706060610889092013-05-31T20:00:00.004+02:002013-05-31T20:00:55.972+02:00Atando cabos (primera parte) revisada<br />
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
John Brown, empresario retirado, se encontraba ante la noticia que sin lugar a dudas podía truncar para siempre su existencia en la consulta del prestigioso médico Oncológico Mr. Julius Lloyds, a partes iguales frío y seco en cuanto a su carácter y forma de ser como un extraordinario Doctor; se decía por los corrillos de la Clínica que si la enfermedad tenía cura él era tu hombre. </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>El empresario, aparentando sosiego pero con cierto grado de incertidumbre, le preguntó no sin tartamudear al principio </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>— ¿Es grave Doctor?, ¿tiene cura?—, ante lo cual el Doctor con ese flequillo canoso que le daba un aire de aristócrata transnochado le espetó con la seriedad que le caracterizaba </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>— John, debo decirle desgraciadamente que lo que Usted padece no tiene solución, aunque quisiéramos no podríamos extirparle el tumor que se encuentra alojado en su cerebro, es muy grande. A partir de este momento, según mi modesta opinión y no quiero pecar de insensible, debe arreglar sus papeles con premura, debe atar cabos sueltos antes de que…—. El buen Doctor se quedó mudo, en silencio, como si no quisiera pronunciar la palabra fatídica, palabra que nunca llegó a salir de su boca pues el empresario le interrumpió con otra pregunta propia de un hombre impaciente como John era</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>— ¿Cuánto tiempo me queda de vida?—, y el Oncólogo agachando su cabeza y sin poder mirarlo a los ojos le contestó casi sin dudar, como si tuviera aprendida de muchos años la respuesta</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>— Dos meses, a lo sumo tres.</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>A John le hacía mucha gracia aquel chascarrillo del siempre genial Woody Allen que sugería las dos palabras más bonitas de escuchar "es benigno”. Fue en ese momento cuando sin pretenderlo no pudo evitar pensar en ello y sonreír levemente, probablemente por última vez por la ironía macabra del destino que suponía esta situación.</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>El empresario, después de pasársele millones de cosas por su cabeza en cuestión de segundos, se levantó y le agradeció afectuosamente al Doctor sus servicios marchándose como alma que lleva el viento de la consulta. Todo ello lo hizo por instinto, mecánicamente, no podía discernir claramente en otra cosa que no fuera la muerte, en el fin más sombrío, y en ese fuerte dolor de cabeza que no le abandonaba desde hacía varios años. No supo poner en pié cómo salió de aquél lugar ni cómo anduvo varios pasos más allá antes de desmoronarse como un castillo de naipes en el primer banco del parque que halló; lloró desconsoladamente y sin parar durante minutos que le parecieron eternos, y esas lágrimas de angustia y desesperación se tornaron casi sin pretenderlo en una profunda paz, una paz absoluta consigo mismo. </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
Ahora, lo más importante para él una vez asumido ese golpe duro de digerir era seguir el consejo de su médico, debía arreglar las cosas, atar cabos.</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Con una vitalidad inusitada para un hombre de 61 años, recorrió las calles a grandes zancadas con dirección a su casa, un palacete de 300 metros cuadrados de piedra y recuerdos, donde debía pensar qué hacer para que todo quedara en orden. </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Lo primero que hizo nada más abrir el amplio portalón de entrada fue dirigirse curiosamente hacia su lugar favorito de la casa, como no su biblioteca, habitación donde pasaba las horas muertas leyendo, escribiendo notas en el mayor de los casos sin sentido, o simplemente garabateando sin un motivo claro; en definitiva pasando el tiempo libre que el trabajo y sus quehaceres le permitían; John ya no trabajaba, sencillamente no le hacía falta, vivía de las rentas que le generaba la venta tiempo atrás de su exitosa empresa textil. </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Tomó el papel y la pluma de las grandes ocasiones y cuidadosamente comenzó a trazar unas líneas con su caligrafía perfecta:</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
"Cosas ineludibles antes de morir:</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<b>Primero.- El testamento</b>". </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>En este punto frenó sus ansias desaforadas por seguir escribiendo. La verdad sea dicha era que este tema, afortunadamente, había ya quedado finiquitado hacía varios años; tomó la decisión tiempo atrás en la Notaría más cercana a su residencia, para no quebrarse mucho la cabeza, de dejarle todos sus bienes, ya que no tenía esposa ni hijos, a partes iguales a sus hermanos Rufo, Gandolfo y Suzanne, a excepción del Bentley, joya automovilística donde las haya, que le había prometido, sabiendo lo que hacía, a su sobrino favorito, hijo menor de Gandolfo llamado Charles; Charly, que era como cariñosamente lo llamaba, era un chico entradito en carnes, tímido y enormemente inteligente. No se parecía físicamente a él pero eso no era óbice para recordarle que probablemente muchos de los agravios sufridos por ese chico por su obesidad los padeció John aunque por otros motivos. Eso y, que demonios, le caía de puta madre.</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
Puso una señal de realizado y siguió escribiendo:</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
"<b>Segundo.- Hablar con la familia del suceso</b>". </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Posiblemente eso fuese lo más difícil para el empresario, pues siempre había sido una persona reservada; pensaba que si no hablaba de sus problemas y se dedicaba a resolverlos, su familia no sufriría en exceso y también le serviría para no remover algo que le iba a hacer daño, algo que sencillamente odiaba; le repugnaba comentar lo que podía preocuparle ya que demasiado tenía con que tal o cual problema se quedara en su cabeza para luego encima tener el esfuerzo ímprobo de tenerlo que explicar. En esta ocasión la diferencia estribaba en que si hablaba de ello los demás podrían sentir lástima por él, sentimiento que por nada del mundo deseaba que le ocurriera, por lo que, y después de haberlo sopesado durante varias horas, decidió que lo mejor sería no contar la noticia y que cuando ya fuera evidente al tener que ingresar al hospital para pasar sus últimos días ya no sería necesario ningún tipo de explicación. Sí, con enorme decisión escribió en su papel.</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
"<b>Segundo.- Hablar con la familia del suceso:</b> No lo haré, no quiero hacer sentir lástima a nadie.".</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Un vez hubo plasmado eso y con un peso de encima menos, con trazo firme siguió con su tarea </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<b>"Tercero.-"</b>. </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Dios, pensó, “¿no tengo un tercer punto?, ¿ha sido tan triste mi existencia que ni siquiera he dejado cabos sueltos?”. </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Entonces, sin conocer la razón, le vinieron a la mente, como cuchillos afilados, ciertos recuerdos difíciles de explicar, sucedieron hacía muchos años cuando su adolescencia llegaba a su fin; John era ya un adulto pero sus actos no decían lo mismo, había enamorado a mujeres y luego las había dejado sin compasión, las recordaba muy bien; Julia, su primer amor, y Constanza; qué mal se portó con ellas, las dejó sin más y ni siquiera tuvo la deferencia de disculparse por su actitud ni les dijo la razón cierta por la cual las dejaba.</div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Desde ese preciso instante, reflexionó John, ya tendría ese tercer punto, dedicaría lo poco que le quedara de vida al objeto de encontrar a esas mujeres y pondría todo su empeño y dedicación para pedirles, de rodillas si hiciera falta, humildemente disculpas, no cejando en el intento hasta que ellas le perdonaran; sería un feliz broche a su triste final. </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Escribió en su papel </div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; min-height: 17px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #232323; font-family: Georgia; font-size: 15px; text-align: justify;">
"<b>Tercero.- Disculparme con Julia y Constanza, personas a las que hice tanto daño</b>."</div>
<div>
<br /></div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-16611883528399896592013-05-12T23:22:00.000+02:002013-05-12T23:22:25.002+02:00La cara (capitulo dos). La revelación.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhODV79R7tUn4Y48kCx3rz9LgQh4Y7nmpen6CnaIqunZTdIjOnXmbVmneniscmRAw2HZb5qZFPjF-i38PeMgk82guceSRHfqoT0-NlP4sEJ0-NjmbSePBb4kVH9J4cgzL-6bIOZ7RAIbgQ7/s1600/Mujer-Bruja-terror-calavera-ojos-muerte-demonio-bestia-vampiro-esqueleto-fantasma-mal-zombie_big.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhODV79R7tUn4Y48kCx3rz9LgQh4Y7nmpen6CnaIqunZTdIjOnXmbVmneniscmRAw2HZb5qZFPjF-i38PeMgk82guceSRHfqoT0-NlP4sEJ0-NjmbSePBb4kVH9J4cgzL-6bIOZ7RAIbgQ7/s320/Mujer-Bruja-terror-calavera-ojos-muerte-demonio-bestia-vampiro-esqueleto-fantasma-mal-zombie_big.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Aquella noche David no durmió tan plácidamente como en él era habitual. Numerosas pesadillas de catástrofes y lugares sombríos martilleaban, incesantemente y sin compasión, su cabeza. En todas ellas intentaba escapar, evadirse de un peligro inminente. La sensación de agobio no le abandonaba en ningún momento, quizás presagiando lo que finalmente iba a sucederle. </span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Debían de ser las ocho de la mañana. Los rayos de sol, sin ninguna compasión para el durmiente, se escurrían tímidamente por las rendijas de la persiana de su dormitorio, inundando toda la estancia y, pensó David, que ya era hora de levantarse y aprovechar al máximo posible ese sábado. Abrió un ojo, luego el otro. Le costó enfocar unos segundos su mundo hasta que se presentó ante sí, con una nitidez inigualable, lo que en apariencia era un rostro fantasmagórico de una mujer joven y hermosa mirándolo fijamente a escasos treinta centímetros. La expresión de su cara era de sufrimiento y dolor; sus ojos eran grandes y redondos inyectados en sangre, su nariz puntiaguda con labios estrechos y morados, dejando sobresalir unos incisivos amenazantes; su cabellera de un color oscuro indeterminado suelta al viento y su piel tan blanca que parecía como fabricada de porcelana. Lo más inquietante de todo ese sin sentido pudiera ser que se manifestó sin un cuerpo, físico o etéreo, que lo sustentara.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">David intentó moverse, gritar, pero de sus cuerdas vocales no surgió, por más que hizo el intento, el más mínimo sonido ni sus músculos respondieron a la llamada de socorro de su cerebro. Un terror incomparable recorrió sin esfuerzo cada parte de su tembloroso organismo en una sinfonía macabra de desesperación. No pudo hacer otra cosa que cerrar los párpados y pensar sin mucha fe que se fuera de una vez. Al volver a abrirlos, y como por arte de magia, allí frente a él ya no había nadie.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Se levantó de la cama con pesadumbre. Se dirigió al baño y se lavó la cara con tal violencia como para engañarse a sí mismo de que de ese modo podía borrar de su memoria todo lo acontecido minutos antes. Ni que decir tiene que no pudo conseguirlo. Alzó la vista para mirarse al espejo, pudiendo comprobar que su expresión de pavor aún no se había ausentado, aparte de unas ojeras visibles a leguas. </span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Preparó el desayuno con la rapidez y experiencia del que lo hace todos los días. Café caliente y unas tostadas con mantequilla eran su dieta habitual a esas horas. Se sentó a la mesa del comedor con todo listo y dispuesto pero no pudo probar bocado: aquella cara terrorífica se había incrustado en su mente como a fuego y, cada objeto de la casa, cada lugar donde fijaba la vista, sin quererlo, le recordaba a ella.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">En las tareas señaladas por David con una cruz roja para ese sábado nefasto se encontraban las de hacer la colada, limpiar el polvo del salón y arreglar la lamparita de su mesita de noche, que se afanaba por no funcionar un día sí y otro también, sin olvidar de hacer la compra semanal para que la despensa y el frigorífico quedaran llenos. David, que no deseaba pensar en nada, se dispuso a comenzarlas una a una, pero por más que se afanaba en cumplirlas no llegaba a terminar ninguna de ellas. En su intelecto se apilaban desordenadas innumerables preguntas sin respuesta: ¿quién era esa mujer?, ¿la conocía?, ¿había alguna razón para que se le apareciese?, ¿la conseguiría ver de nuevo?, ¿necesitaría su ayuda o simplemente deseaba hacerle daño?, ¿sería capaz de decirle algo si la volviera a ver?.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">El Jefe de Marketing se vistió con lo primero que encontró en su armario, no estaba para perder demasiado el tiempo, y salió a la calle con la firme intención de averiguar si en su piso, con anterioridad a que él llegara, había vivido una chica joven como la de su visión. En esos momentos le pareció que era lo más sensato. Lo primero que se le ocurrió fue interrogar, sin que se notara mucho su inquietud, al portero del edificio. Alfred, como se llamaba, era un tipo de mediana edad, pelo canoso, ojos pequeños y chisposos y expresión siempre servicial, aunque en la práctica eso no fuera del todo cierto. Se hallaba como todas las mañanas en su casetilla de la entrada, a modo de garita, ojeando una revista.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Alfred, buenos días, perdone que le moleste. Hoy me he levantado con una curiosidad y usted probablemente pueda ayudarme.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Dígame Señor Templar, ¿qué se le ofrece? — pronunció el portero con la sequedad que le caracterizaba y con ausencia absoluta de interés.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Me preguntaba si había conocido a los inquilinos que vivieron con anterioridad en mi piso. He encontrado escondido un objeto que probablemente sea de ellos y quisiera devolverlo.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— ¿Un objeto?, ¿de qué se trata?, ¿tiene algún valor?.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Alfred, eso no es significativo ahora; lo importante para mí es saber qué personas moraron en mi vivienda y, si es posible, el lugar donde viven en la actualidad — expresó David con la seriedad que sólo un ejecutivo podría aplicarle a la frase.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Señor, llevo en mi puesto escasos cinco años y cuando me contrataron creo recordar que su piso se encontraba vacío y sin inquilinos hasta que llegó usted. No creo que pueda ayudarlo, y ya que lo siento mucho. Que tenga usted un buen día — dijo el portero y, sin inmutarse lo más mínimo, bajó la mirada nuevamente para seguir leyendo esa revista a la que tanto tiempo dedicaba.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Se encontraba en punto muerto, en una vía sin salida. Necesitaba contárselo a alguien para tener una segunda opinión; una persona inteligente, lógica y coherente que trazara, con la objetividad que requería el asunto, el camino a seguir. A David no se le ocurría nadie que pudiera ayudarle en su difícil y angustiosa situación. Bueno, eso no era del todo cierto; sí la conocía y tenía nombre y apellidos, Sara Pebble, pero la cuestión ahora era decidir si sería una buena idea contarle todo lo ocurrido después del rotundo fracaso sufrido la noche anterior.</span></div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-77364992723579072502013-04-21T20:11:00.001+02:002013-04-21T20:11:35.233+02:00La cara (capítulo uno)<br />
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; font-size: 14px; text-align: center; text-indent: 18px;">
LA CARA</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; font-size: 14px; text-align: center; text-indent: 18px;">
Capítulo uno: la cena.</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; font-size: 14px; min-height: 18px; text-align: center; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="font-size: 14px; white-space: pre;"> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisccN8xrWfWwy7QmA8c10YWAsnBi7VRqTIjwDzJYZ3kElJvVfG1kkSFFaZdlvmPfdP4wJUL1SGjiK_t8K3yxtU-q31KK7PKSaKx3stxpBDpk8H5BK3HpoqbhFoHaEPi4Uyp6WRrh9-v3Cv/s1600/oficina_bilbao_01.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="141" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisccN8xrWfWwy7QmA8c10YWAsnBi7VRqTIjwDzJYZ3kElJvVfG1kkSFFaZdlvmPfdP4wJUL1SGjiK_t8K3yxtU-q31KK7PKSaKx3stxpBDpk8H5BK3HpoqbhFoHaEPi4Uyp6WRrh9-v3Cv/s320/oficina_bilbao_01.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Aquel día de primavera amaneció como cualquier otro en Plymouth. Los coches transitaban por sus calles mojadas por la lluvia, las gentes se afanaban por llegar a tiempo a sus distintos quehaceres, algunos más interesantes que otros y, en fin, la ciudad no muy distinta a otra emergía resplandeciente como un monstruo a medio despertar. En la oficina de la empresa tecnológica “Sampler”, sus empleados seguían al pié de la letra con su rutina diaria, la que conocían desde hacía años; redacción de informes, reuniones con los directivos, llamadas incesantes de teléfono; todo muy normal el último día laboral de la semana, pero eso estaba a punto de cambiar. David Templar, Jefe de Marketing, un tipo atractivo, aunque mucho menos de lo que él pensaba, y un seductor empedernido en horas bajas, estaba a punto de invitar a cenar a Sara Pebble, adscrita al personal del departamento de contabilidad, una chica en apariencia dulce.</span><br />
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Hola Sara, me preguntaba si hacías algo esta noche — pronunció David con gran interés.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— David, hola, estaba tan ensimismada en mis cosas que no había reparado que estabas aquí, ¿qué me habías preguntado?. Ah, sí, me preguntabas si hacía algo esta noche y la verdad es que mi plan, si puede llamársele así, perfectamente podría consistir en una cena rica en verduras amenizada con ración triple de pelis de acción, ¿por qué? —dejando al descubierto en sus palabras sin ningún reparo una actitud coqueta.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Pensaba que sería una buena idea que fuéramos a cenar; conozco un sitio donde sirven las mejores pizzas de la ciudad, ¿te gusta la comida italiana?.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Hombre, creo que algo más que una ensaladita de lechuga — sonrió mientras articulaba esa frase con cierto aire sarcástico.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Entonces decidido, te recojo en tu casa a las ocho, ¿te parece bien?.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— De acuerdo, pero si es algo más tarde, como a las ocho y media, mucho mejor.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Sampler, más que una empresa, parecía un caleidoscopio de personalidades a cuales más distintas y complejas, y las relaciones de los compañeros fuera de la oficina suponían una “rara avis” difícil de ver.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>David se había fijado desde hacía algún tiempo en Sara; no podía concretar la fecha exacta en que empezó a gustarle; quizás fuese por cruzarse con ella todos los días a la hora del café de las 10 y acostumbrarse a sus facciones que, aunque siendo objetivo no eran del todo hermosas, sí podrían denominarse de atrayentes. Sus ojos marrones y redondos, sus curvas sinuosas de enormes pechos y su expresión en ocasiones triste incitaban a cuidarla y David, como buen amante, acabó por sucumbir a sus encantos ocultos, o simplemente no tenía otra hembra más a la mano ni más sencilla de conseguir. En cambio, con Sara, todo resultaba bien distinto; ella pensaba que David era un narcisista y un ególatra; el típico hombre que usaba a las mujeres como un clínex; se servía de ellas y cuando no eran de su agrado las desechaba como ropa vieja. Debía reconocer, no obstante, que resultaba atractivo e interesante para una noche loca. Ese pensamiento, que se escurrió fugazmente por su mente en un momento de descuido intelectual, no sería suficiente como para cambiar el magno designio que el sacrificio de salir con él le podía reportar; le ofrecería, casi sin buscarlo, la posibilidad brillante de vengarse de todos los hombres insensibles, superficiales e inmaduros que pululaban por el planeta tierra; sobre todo de aquellos que una vez le hicieron daño en el juego del amor.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglKeP4pp1lf8JPHx4ZgFZP_PvEWFPwp_W3C1sFm4wCS2p9tgztF2CE_inYNRggiwbIZeVsxZ3PT_sMdUgvZJ6lehPLOdX6FA0UUwZaL4LoXizjG3mjose5fH26q8JNcohLVWT_rC1Ch07F/s1600/Para-disfrutar-en-pareja-nada-mejor-que-un-buen-almuerzo-o-una-romantica-cena_480_311.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" height="188" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglKeP4pp1lf8JPHx4ZgFZP_PvEWFPwp_W3C1sFm4wCS2p9tgztF2CE_inYNRggiwbIZeVsxZ3PT_sMdUgvZJ6lehPLOdX6FA0UUwZaL4LoXizjG3mjose5fH26q8JNcohLVWT_rC1Ch07F/s320/Para-disfrutar-en-pareja-nada-mejor-que-un-buen-almuerzo-o-una-romantica-cena_480_311.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Aquella noche había sido perfecta, al menos para uno de ellos. Comieron bien, bebieron, charlaron de lo divino y de lo humano, se rieron. En honor a la verdad, el Jefe de Marketing se lo estaba pasando genial en compañía de esa mujer; daba gusto estar a su lado. Se impresionó al comprobar que habían encajado como piezas de puzzle a la primera cita. El polvo, pensó David, estaba asegurado.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Oye, ¿sabías que me estoy divirtiendo mucho contigo?. Mi casa está a escasas dos manzanas de aquí, ¿te apetece acompañarme y seguimos la fiesta?. Tengo una botella de Champang de cincuenta dólares reservada para un momento especial.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— Uy, va a ser que no. Mañana tengo que madrugar; me espera ayudar en la nada deseable mudanza de una amiga. Aparte, mis pies me están matando y en estas circunstancias lo que más ansío es un baño bien caliente y música de jazz. Gracias de todos modos, yo también me lo he pasado muy bien. En otra ocasión, ¿de acuerdo?, ¿no te enfadas verdad?. </span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Sara quedó sorprendida de que salieran con tanta naturalidad de sus labios esas palabras tan atinadas y contenidas al mismo tiempo, pues lo que su cuerpo le dictaba en ese preciso momento era gritarle bien fuerte a ese bastardo: “jódete, cabrón de mierda, hoy vas a tener que satisfacerte tú solito; las mujeres somos algo más que juguetes eróticos con las que gozar”. En el fondo estaba pletórica, ya que había conseguido lo que inicialmente se había propuesto para esa noche: primero ponerlo como una moto para luego rechazarlo sin más; pues como se había desarrollado la noche, y con lo bien que habían encajado, no las tenía todas consigo de que lo lograra.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">— No, ¿enfadado yo?, para nada. No te preocupes, otra vez será —contestó con aire condescendiente, aunque con cierta y no disimulada pesadumbre en su rostro enrojecido por la vergüenza del rechazo.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>El camino de vuelta para David resultó eterno. En esas escasas dos manzanas de distancia tuvo tiempo para analizar con detenimiento cuáles eran las causas de su fracaso. Repetía una y otra vez las frases pronunciadas aquella noche y no notaba nada especialmente vulgar o descortés por su parte para la reacción de la chica. ¿Sería la chaqueta que había elegido?, ¿su peinado engominado quizás?. De lo que estaba bien seguro era de que dormiría solo otro viernes, y ya eran muchos sin mojar ni llevarse una alegría para el cuerpo.</span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Llegó a su apartamento de soltero más cansado psicológicamente que otra cosa. Se desnudó deprisa, dejando la ropa con desprecio como si ella tuviera la culpa, en la silla junto a su cama y se acostó sin ganas de nada, con la esperanza de olvidar más pronto que tarde aquella aciaga noche con una compañera de trabajo a la que tendría que seguir viendo aunque no quisiera. Media hora más tarde y tras varias vueltas en su lecho quedó profundamente dormido. </span></div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-52888387508667063472013-04-21T19:59:00.002+02:002013-04-21T20:16:27.284+02:00El diario de Monroe Crashed (tercera parte)<br />
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
</div>
<div style="font-size: 16px; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; font-size: 12px; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBTqxvHB0OkEUDdGjtq-ocwyX22MsVr1XMlGmSXrRjFQHZ7lR0fXWilNdZI5kQWqJTnGY9i7Loe5gJGw25S2Qz68YnfNShV1HJUh28ZLQH5Y9JM1VY5sTVzWXEnjUnp2NgywCn-VbXtFRP/s1600/asesinos-mas-crueles-de-los-ultimos-tiempos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBTqxvHB0OkEUDdGjtq-ocwyX22MsVr1XMlGmSXrRjFQHZ7lR0fXWilNdZI5kQWqJTnGY9i7Loe5gJGw25S2Qz68YnfNShV1HJUh28ZLQH5Y9JM1VY5sTVzWXEnjUnp2NgywCn-VbXtFRP/s320/asesinos-mas-crueles-de-los-ultimos-tiempos.jpg" width="228" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></b><span style="font-family: Helvetica;"></span><b>1 de noviembre de 2012</b></span><br />
<div style="min-height: 15px;">
<span style="font-size: large;"><b></b><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><b><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></b>Estas semanas he estado desconectado de todo, incluso de mí mismo. No he tenido ganas de hacer nada, ni tan siquiera de coger un boli para escribir éste mi diario. Jimie me ha llamado hasta tres veces al día; pobre infeliz, pensará que ha perdido un nuevo paciente. No sería exagerado decir que probablemente me haya llevado varios días sin comer; hasta ese punto me afectaba mi pereza. Pero ayer, sí ayer, me ocurrió algo maravilloso que hizo cambiar esta dinámica preocupante de mi existencia.</span></div>
<div style="min-height: 14px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>El día comenzó extraño, pues me desperté muy temprano, aún no había amanecido. Me levanté de la cama con una energía inusitada. A decir verdad me sorprendió, ya que no había tomado bocado el día anterior. Me dirigí al frigorífico y al no haber nada apetecible en él lo cerré de un portazo y me preparé de manera automática, como si de un robot se tratara, unos sandwiches de crema de cacahuetes que todavía no había caducado en el desvencijado mueble de la despensa. No estaban especialmente buenos, a decir verdad, quizás fuese el pan utilizado que estaba algo pasado, pero resultó suficiente para saciar el hambre que arrastraba.</span></div>
<div style="min-height: 14px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Con enorme decisión cogí las llaves de mi furgoneta cochambrosa, una Ford Transit de los años noventa que, aunque algo ruidosa y antigua, su motor seguía sorpresivamente funcionando como el primer día. Decididamente, los coches americanos le dan mil vueltas a cualquier japonés o europeo, eso es así, y que alguien ose discutirme este hecho incontestable. No tenía pensado hacer algo en concreto, simplemente salir a despejarme, necesitaba sentirme vivo nuevamente. Sin darme cuenta, y tras cientos de kilómetros recorridos sin que mi Ford se quejara sobremanera, ya eran las nueve de la mañana y me encontraba perdido en un pequeño pueblo llamado Hope, tal y como rezaba en un enorme cartel dando la bienvenida. Aparqué justo en la entrada en el primer hueco que encontré; la espalda me estaba matando y pensé que andar un poco no me vendría mal. Recorrí a pié la calle principal de Hope; era un puto pueblo como otro cualquiera: había mercerías, joyerías, bancos de los que, si te descuidas, te embargan la casa si debes alguna cuota de hipoteca, y bares mugrientos de los que no se asombran si pides un whisky a media mañana. Entré en el primero que ví; estaba completamente vacío. El camarero detrás de la barra era un hombre de mediana edad, canoso, mal encarado y con una barriga cervecera descomunal; si fuese mujer perfectamente estaría a punto de parir. Me miró como se mira a un extraterrestre que visita la tierra por primera vez, y me preguntó si era nuevo en el pueblo y si me había perdido. Con una falta absoluta de educación, desconociendo que su única labor en este mundo era la de servir fielmente a sus clientes, me recordó que él no estaba para indicarme el camino que lleva a la autopista principal, pero que si quería beber lo que fuese sería bien recibido, previo pago correspondiente.</span></div>
<div style="min-height: 14px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Esa mañana no entraba, siendo sincero, entre mis prioridades la de matar, pero ese tipo merecía morir como lo hacen los cerdos, degollado y destripado. Con enorme frialdad le pedí el brebaje más fuerte que tuviera, y cuando se dio la vuelta para satisfacer lo que le había solicitado me quité la camisa para que no se me manchara de sangre y salté por encima de la barra; lo cogí por la espalda y con mi navaja de las mejores ocasiones, que siempre guardo en el bolsillo derecho del pantalón, le seccioné la garganta con un certero movimiento de muñeca. Mientras se desangraba ni siquiera gritó ni se resistió; no luchó ante su funesto final, porque sabía que no tendría nada que hacer conmigo. Se resignó, pues era lo que debía hacer; yo creo que tenía conciencia de que estaba haciendo historia, con la salvedad de que no podría disfrutar de esa fama al haber estirado la pata; es la descripción certera de un daño colateral. Lo dejé en el suelo boca arriba en su último estertor y, sin pensarlo dos veces, le pinché en su oronda barriga hasta llegar a su corazón. Me dio un gusto indescriptible, casi mágico, observar cómo sus tripas emergían bruscamente como butifarras enlatadas. Como trofeo de mi hazaña le saqué la lengua de su sucia boca de barman cateto y se la cercené; era larga la jodía. Antes de marcharme no me olvidé de ponerme nuevamente la camisa y de pagar la bebida pedida, como me enseñaba mi madre de chico. Ella me solía decir: “cuando vayas a un sitio debes pagar lo que pidas; son trabajadores que merecen respeto, aunque ellos no te respeten a ti”; que lo cortés no quita lo valiente; la humanidad en su conjunto debería darme las gracias por eliminar de un plumazo a ese gañán deslenguado, nunca mejor dicho .</span></div>
<div style="min-height: 14px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Salí del bar con la conciencia limpia y con la satisfacción del trabajo bien hecho. Nadie me vio entrar ni salir de aquel horrendo lugar. Ese golpe de adrenalina que sentía me concedió fuerzas suficientes como para montarme de nuevo en mi furgoneta y volver a mi hogar, parando previamente en la tienda de comestibles a escasos kilómetros de mi casa. Compré pan de sandwiches, fruta fresca, chacina variada, medio kilo de queso y una botella de dos litros de Coca-Cola. La butifarra enlatada no se me ocurrió cogerla; masoquista, al menos que yo sepa, no soy. La mañana había salido redonda y tenía que celebrarlo a lo grande. </span></div>
<div style="min-height: 14px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
</div>
<div style="min-height: 14px;">
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"><span style="font-size: large;"> </span></span></div>
</div>
<div style="min-height: 19px;">
<div style="text-align: justify;">
<b><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"><span style="font-size: large;"> </span></span></b></div>
</div>
<div style="min-height: 19px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><b></b><br /></span></div>
</div>
<div style="min-height: 19px;">
<div style="text-align: justify;">
<b><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"><span style="font-size: large;"> </span></span></b></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-28274659181385243622013-03-25T08:00:00.000+01:002013-03-25T08:00:03.391+01:00El secreto, relato corto<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrdsOYF0uJy9-NNVC0V3ODiaBHnvcAT0mh0kRh0Nc7TkdIyWxhQ99fEwBLGo5AGl9D5_mRxbVuI5F6rNelrINdVAU_gwEpbePmlGO3xzppPIBkaW7bOQQZolSg3UMnD312zp-ENHwEPTBf/s1600/casas-tenebrosas-antigua.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrdsOYF0uJy9-NNVC0V3ODiaBHnvcAT0mh0kRh0Nc7TkdIyWxhQ99fEwBLGo5AGl9D5_mRxbVuI5F6rNelrINdVAU_gwEpbePmlGO3xzppPIBkaW7bOQQZolSg3UMnD312zp-ENHwEPTBf/s320/casas-tenebrosas-antigua.jpg" width="320" /></a></div>
Resulta curioso e incluso sorprendente que, lo que en apariencia pudiera parecer una nimiedad para muchos, llegue a cambiar la vida y su existencia para otros. Ésta es la historia de Allan Hall, un muchacho que fue reducido a pedazos desde un punto de vista emocional por mantener a salvo un secreto, su secreto.</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Todo comenzó cuando nuestro protagonista recién hubo cumplido los doce años. De una familia acomodada y con un padre dictatorial, Allan, huérfano de madre, sin hermanos y con una timidez que rayaba lo patológico, no hacía otra cosa que leer libros de aventuras. Al chico no le dejaban hacer otra cosa que no fuera lo correcto, entendido el término en el sentido de lo que su progenitor pudiera considerar correcto que, como podéis imaginar no era mucho más que estudiar en la Escuela privada y selecta de Blumintel y agachar la cabeza mientras el General, término cariñoso acuñado en sus pensamientos por el chico con el que su padre se identificaba a las mil maravillas, le hablaba; esos libros le ofrecían, sin pretenderlo, el oxígeno para respirar, su razón de ser y existir; tan pronto llegaba a casa tras la sesión de tortura que le suponían las clases, y una vez había acabado los deberes que le imponían los severos profesores maléficos de Blumintel, corría como si le fuera la vida en ello a sentarse con cierto mimo en el lujoso “sillón siglo XV” de la biblioteca de su casa y se sumergía un día sí y otro también en las peripecias de personajes heroicos a la orilla del Nilo o en parajes salvajes del África negra, siempre y cuando, claro está, el “General” se encontrara en horario laboral y alejado de su hogar. Después de múltiples y alocadas cabriolas argumentales al final siempre salvaban sus vidas y la de sus guapas y esculturales acompañantes; Allan, resignado a su suerte, sabía que nunca sería capaz de viajar, de conocer mundo y de tener experiencias emocionantes sin desprenderse del yugo asfixiante de su ascendiente, y esos libros con adornos dorados y papel mohoso a los que quería como parte de su propio ser serían, sin lugar a la duda, su válvula de escape ante esa vida insulsa e irritante que le había tocado en suerte vivir.</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Cierto día lluvioso de sábado de primavera Allan se sentía inquieto y excitado sin razón aparente, y se levantó temprano mientras todos permanecían dormidos, acudiendo al lugar en el que más a gusto se encontraba, la biblioteca. Ya había terminado de leer su último libro y se disponía a elegir otro tomo con el que pasar sus horas muertas cuando le llamó la atención, no supo bien la causa, un ejemplar viejísimo y desvencijado que se hallaba en lo más alto de la estantería. Utilizando una silla para alzarse logró finalmente hacerse con él, aunque casi se desloma de bruces en el suelo en el intento. La encuadernación se encontraba en mal estado pero tenía algo que le atraía; su autor William Fastbroken no le sonaba de nada ni tampoco su título, “Guarda el secreto”; no sabía el cómo ni el por qué, pero lo cierto era que ese vulgar libro era especial; no tardaría mucho en descubrirlo.</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Lo abrió por su primera página y lo que pudo atinar a leer lo dejó patidifuso. Miró a un lado y a otro como si lo estuvieran observando los del programa de televisión inocente inocente. No era para menos, sus primeras líneas decían:</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>“<i>Éste es un libro de deseos; si sabes elegir bien éste se cumplirá. Pero debes tener cuidado con lo que deseas, querido lector, sé inteligente y dime, ¿qué es eso que deseas?. Ahh, que no me crees, ¿verdad?. Pues ármate del valor y templanza de los héroes de tus libros favoritos e inténtalo; no tienes nada que perder y mucho que ganar. Sólo existe un inconveniente: no debes decírselo a nadie; has de guardar el secreto para ti por siempre jamás. Si no sigues mi advertencia la furia de mil terremotos y cientos de huracanes descontrolados te alcanzarán sin que puedas hacer nada para evitarlo, salvo rezar a tu Santo Dios. Rezarás, pero nada cambiará sobre tu funesto futuro; tu cuerpo quedará reducido a cenizas, no sin antes haber sufrido torturas que ni en tus mayores pesadillas pudieras concebir.</i></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<i><br /></i></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<i><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Dejaré que lo pienses una vez más y, si te muestras decidido y consciente con tus propios actos, te lo volveré a preguntar: ¿qué es lo que deseas fervientemente?</i>”.</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Por la cabeza del chaval anidaron innumerables pensamientos, asemejándose a agujas puntiagudas traspasando su piel. Quería cerrar ese infernal libro, dejarlo en el mismo lugar donde se ubicaba y olvidarlo, pero no podía hacerlo; una fuerza que surgía de dentro se lo impedía. Eso y una vocecita burlona que le susurraba socarronamente al oído “hazlo, hazlo, será el fin de tus padecimientos, podrás salir a ver mundo sin que nadie te lo impida, serás libre”.</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Quiso no haberlo hecho, pero deseó con todas sus fuerzas, siguiendo los designios de ese libro que acunaba en su regazo que, desde ese momento, su padre le dejara hacer lo que quisiera y que nunca más tuviera una palabra desconsiderada hacia él, ni le pegara, como era su costumbre. </div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Lo hizo; se sentía casi tan bien y satisfecho como las estrellas de sus novelas aventureras, aunque ese entusiasmo quedó inmediatamente truncado con las voces quebradas de Henry, el mayordomo jefe de la familia. Allan no daba crédito a lo que estaba sucediendo; de las palabras entrecortadas del mayordomo y sus sollozos emergía la no tan vaga idea de que su padre había fallecido. Subió tan rápido como sus piernas imberbes le permitieron por las escaleras con dirección al segundo piso, donde se hallaban las habitaciones de su padre, y lo encontró con la expresión torcida de su rostro, sobresaliéndole de la comisura de sus labios un hilillo viscoso de baba blanca que auguraba su triste final.</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZfz5yfAoOSobLIX5tSpeIFAJGMkh90VvOGR_Jc8LoHZyG9KVTmkM0Eeq6S5oJq73HiK_Pb0ajj1z_CrvHG1NR9z6SnVwg8OQXcDkg_gJaYAxilhqOJpz3ZQGXluR3h2M8yCY8OLMFZaS7/s1600/images.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZfz5yfAoOSobLIX5tSpeIFAJGMkh90VvOGR_Jc8LoHZyG9KVTmkM0Eeq6S5oJq73HiK_Pb0ajj1z_CrvHG1NR9z6SnVwg8OQXcDkg_gJaYAxilhqOJpz3ZQGXluR3h2M8yCY8OLMFZaS7/s1600/images.jpeg" /></a></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Allan nunca pudo recuperar la cordura después de lo ocurrido; el golpe fue definitivo para un adolescente de doce años. Sus tías Claren y Desiree tomaron la decisión, en parte para que su sobrino ya no fuera su problema, de que debía ser internado por su propio bien. Sus médicos no pudieron hacer nada por él; se había vuelto literalmente loco. No hablaba con nadie, ni siquiera con sus doctores, y sólo se le escuchaba cuchichear por los pasillos del Centro Psiquiátrico donde lo ingresaron siempre la misma expresión: “<i>guardaré el secreto por siempre jamás</i>”, en un bucle infinito de desesperación.</div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; min-height: 18px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Cuidado con lo que deseéis fervientemente, mis queridos lectores, pues si lo hacéis con tanta fuerza podría llegar a cumplirse; pero hacedme un pequeño e insignificante favor, chusssssssssss, silencio, guardadme por lo que más queráis ese secreto.</div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-83754758978709309752012-12-27T08:52:00.002+01:002012-12-27T08:55:04.911+01:00Más que adicción<br />
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim4mzynmZHV8LRtG5Ut9llNsp74O_N1e6PPPYJ5Ft0kYXEs8-z1n6o0lWVgUA4yRrjNHIlxBz7nLB1QOxGzksjggMxsz0uP1OfrV_DLqVkGfcz71egZ2GRSFqt4OQOEBjJxaP0CZS03W9W/s1600/CiudadFuturo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEim4mzynmZHV8LRtG5Ut9llNsp74O_N1e6PPPYJ5Ft0kYXEs8-z1n6o0lWVgUA4yRrjNHIlxBz7nLB1QOxGzksjggMxsz0uP1OfrV_DLqVkGfcz71egZ2GRSFqt4OQOEBjJxaP0CZS03W9W/s320/CiudadFuturo.jpg" width="320" /></a>El proyecto de este mes de adictos a la escritura consiste, los que previamente se apuntaron a hacerlo, en que cada uno proponga un título para el relato y sortearlos en parejas. A mí me ha tocado en suerte “Más que adicción” y aquí está la historia que os propongo, espero y deseo que os guste. </div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; min-height: 15px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
Aquí comienza “MÁS QUE ADICCIÓN”:</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: 12px;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
Corría el año 2.109. En el planeta tierra, que había discurrido por múltiples etapas, entre ellas el aborregamiento de las masas, la falta absoluta de valores morales o el individualismo como pauta común, hacía un decenio que la humanidad estaba tomando conciencia de que había de luchar por objetivos más o menos cercanos, más o menos plausibles para buscar algo más ambicioso y que todo ello sólo podía conseguirse pensando, teniendo inquietudes, debatiendo y planteándose puntos de vista dispares. Los gobiernos corruptos, los medios de comunicación que le servían así como la tecnología, que hacían que la vida fuese tan maravillosamente fácil, consiguieron tiempo atrás que la población quedara sedada de toda voz crítica y revolucionaria; simplemente vivían sin preocuparse de nada más, pero todo esto estaba empezando a cambiar.</div>
<div style="font-family: 'Times New Roman'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
</div>
<div style="min-height: 15px;">
<br /></div>
Lo que no se había modificado ni un ápice de este periodo con respecto al pasado era que la televisión seguía siendo, como no podía ser de otra manera, el método lúdico por excelencia. La misma no se estructuraba como antaño a través de cadenas públicas o privadas, que retransmitían sus emisiones por medio canales varios con programaciones en directo o grabadas. Era todo más fácil: cada cual elegía el producto que quería ver de los miles o millones disponibles de cualquier temática imaginable. Si en un momento determinado uno tenía ganas, por poner un ejemplo, de ver un documental de naturaleza animal, lo único que debía hacer era clickear esa opción en la interface de la aplicación y automáticamente aparecía proyectado por streaming con profundidad y volumen, en una pantalla flexible con una nitidez y precisión muy por encima a la capacidad real que el ojo humano podía ofrecer, dando una sensación de realismo extremo: literalmente el león o el orangután paseaban con sus rugidos por tu salón.<br />
<div style="min-height: 15px;">
<br /></div>
Uno de los contenidos, por llamarlo de algún modo, que estaba cobrando mayor popularidad y entusiasmo en el mundo de la televisión era el auto-denominado “Gran Hermano”. Gran Hermano no era otra cosa que un programa informático, previa subscripción monetaria que equivalía a dos meses de salario, salvo excepciones relativas a investigación y conocimiento, donde los patrocinadores contrataban un avatar o patrocinado en un mundo virtual muy asemejado a la realidad, en el cual tenían cabida toda época y lugar. Las premisas eran claras y los requisitos que tenían que cumplir también; se podía elegir cinco características que tenían que ver con la fecha, lugar y entorno, y otras cinco referidas en cuanto a peculiaridades físicas y de carácter de tu avatar. Lo demás era rellenado, por así decirlo, de manera aleatoria por el propio sistema. Una vez se hubiera definido todo ello el patrocinador podría ver en directo la vida de su patrocinado desde su nacimiento hasta su muerte, sin que tuviera posibilidad de modificar nada de ella; sólo observarla como si de una película se tratara. La equivalencia de una vida entera de un patrocinado correspondía a seis meses de existencia de su patrocinador; de ese modo se regeneraba todo ese mundo con nuevos y diferentes patrocinadores y patrocinados varios. <br />
<div style="min-height: 15px;">
<br /></div>
En ese caldo de cultivo vivía nuestro protagonista, Marcus Fastvinder. Marcus era un chico de quince años que estudiaba en la Escuela Pública de Berlín como cualquier otro, aunque destacaba del resto en que era extremadamente inteligente y de una desbordante imaginación. No era una escuela al uso, pues no existía físicamente y sí en las bases de datos de un servidor a las afueras de la ciudad. Se conectaba a ella previa clave encriptada y con seguridad máxima desde cualquier parte, a través de una tablet que se obtenía de manera gratuita con el simple abono de la matrícula.<br />
<div style="min-height: 15px;">
<br /></div>
Al inicio del curso se proporcionaba a todos los alumnos además una tarjeta a modo de diapositiva personalizada, que introduciéndola en el lector adecuado mostraba de una manera gráfica y a resolución máxima la organización de todas las asignaturas, los días que había que conectarse a la escuela, las fechas marcadas en rojo como examen, las direcciones ip con las que contactar con el profesorado por videoconferencia y, en definitiva, a qué logros intelectuales se debía alcanzar para conseguir un aprobado. A Marcus, desde hacía algún tiempo, le rondaba por la cabeza cierta idea que tenía que ver con su proyecto de la asignatura de teoría del comportamiento, de su profesora Alicia Cummings. Se le había ocurrido introducir un avatar con nombre Daniel en el programa de Gran Hermano con una característica muy especial: sería adicto a la soledad y estudiaría concienzudamente su conducta en una época preestablecida, concretamente la Sevilla del año 1980. Esta ciudad fue elegida por Marcus por su clima, que incitaba a sus habitantes a interactuar con sus semejantes en la calle. La fecha, todo hay que decirlo, fue decidida al azar.<br />
<div style="min-height: 15px;">
<br /></div>
Una vez se hubo animado a llevar a cabo este cometido, Marcus habló con su profesora y ésta que se mostró muy ilusionada con el proyecto, a juicio de sus expresiones grandilocuentes y su tono de voz complaciente; a su vez, solicitó de manera inmediata autorización al programa para que, sin costo económico por ser un proyecto de investigación, se introdujera el avatar Daniel con todas las características especialmente diseñadas para él. Se les proporcionó dos claves de acceso, para que alumno y profesora tuvieran un seguimiento más cercano del experimento.<br />
<div style="min-height: 15px;">
<br /></div>
Tal y como habían intuido desde el principio, la adicción preestablecida de Daniel marcaba por completo su comportamiento ya desde sus inicios. El tardar en nacer más de treinta y seis horas, aunque la madre había dilatado lo suficiente, fue un síntoma claro de que el bebé lo que más ansiaba era encontrarse solo en la placenta de su progenitora antes que salir de ese lugar placentero para emerger en compañía de sus ascendientes. A los meses del alumbramiento el problema se hizo más que visible, ya que únicamente se mostraba disgustado y gimoteaba cuando era abrazado, tranquilizándose de nuevo si lo dejaban en su cuna.<br />
<div style="min-height: 15px;">
<br /></div>
Daniel creció y creció con una angustia que no le dejaba vivir y a la edad de diez años, sintiéndose desgraciado por no haber podido evitar el contacto humano tan sumamente desagradable para él, acabó suicidándose en el lavabo de su colegio, al que día tras día le obligaban a acudir, cortándose las venas con una cuchilla de afeitar de su padre.<br />
<div style="min-height: 15px;">
<br /></div>
Marcus no pudo contener las lágrimas. Su avatar, en escasos veinte días de existencia, había perecido para siempre y el único responsable de su desgraciado destino era él. En ese preciso instante comprendió, a fuerza de sufrimiento, la misión tan desagradable del creador, que observa cómo su creación se desvanece en el tiempo y en el espacio sin posibilidad de evitarlo.<br />
<br />Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-14456545339915745542012-10-31T08:00:00.000+01:002012-10-31T18:50:11.219+01:00Desesperación<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNDtr9UvdFNPJIKFYU5RWIehNLJDpt3j3gEwV21zS1gVlo_MZ6_80DysdnbUimF_nJntQq0q_E0LYkdiMiHOGiBGSGi0gLv6dZstHSRT8Ub0LdKqTs9Ssnfsco0MzUBal1Dtan8bI8TrdR/s1600/halloween.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="171" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNDtr9UvdFNPJIKFYU5RWIehNLJDpt3j3gEwV21zS1gVlo_MZ6_80DysdnbUimF_nJntQq0q_E0LYkdiMiHOGiBGSGi0gLv6dZstHSRT8Ub0LdKqTs9Ssnfsco0MzUBal1Dtan8bI8TrdR/s320/halloween.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">El grupo de Adictos a la Escritura nos conmina esta vez a realizar en este mes de octubre un relato sobre Halloween. Reconozco que me ha costado Dios y ayuda conseguir terminarlo pero aquí lo tenéis, espero que os divierta y os guste.</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; min-height: 16px; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Aquí comienza DESESPERACIÓN:</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-indent: 18px;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Está oscuro, mi corazón retumba sin control en el pecho como si de una caja de resonancia se tratara, pum pum pum pum. Pretendo escapar de ese habitáculo estrecho pero no puedo moverme, mis músculos se encuentran agarrotados, inertes. Intento recordar la razón de porqué estoy aquí e incomprensiblemente mi cabeza permanece en blanco.</span></div>
<div style="min-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Los minutos pasan inexorablemente, puede que incluso las horas; No se cuanto tiempo he permanecido dentro pero lo que si tengo muy claro es que no aguantaré mucho más. Desde muy chico siempre he tenido un miedo irracional a morir ahogado, a que llegue el último instante en que mi cuerpo no pueda exhalar aire y las células al no poderse alimentar con el ansiado oxígeno vayan pereciendo una a una, cientos a cientos, miles a miles; que ironía que el mayor de mis temores se esté convirtiendo en una realidad más que posible. Intento tener lúcido mi cerebro para trazar un plan de fuga, tengo que concentrarme en alzar al menos uno de mis brazos para hacer palanca en la tapa de lo que tiene toda la pinta de ser un ataúd de madera de pino, pero no consigo nada.</span></div>
<div style="min-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Como flashes sesgados e incompletos comienzan a aparecer en mi memoria recuerdos de una noche de halloween. Yo iba disfrazado de Drácula, con colmillos afilados y esa capa negra tan característica; todo eran risas y alcohol. La fiesta de origen celta en la víspera de todos los santos se ha desvirtuado a lo largo de los años. Según la tradición druida en ese día el mundo de los vivos se mezclaba con el de los muertos, confundiéndose el uno con el otro; Las calabazas iluminadas le recordaban a los espíritus burlones que en esas casas donde en el pórtico de entrada se hallaban no podían acceder para hacer sus fechorías. Ahora que está próximo mi fin no estaría mal que por una vez mi suerte cambie y pueda librarme de esta más que probable última experiencia implorando el espíritu de halloween o del mismísimo Conde de las Tinieblas.</span></div>
<div style="min-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">La desesperación se apodera de mí, ¿que he hecho yo para merecer esto?. Soy aún muy joven, tengo mucho que ofrecer a la sociedad aunque no haya tenido el tiempo suficiente para demostrarlo. Una sensación nauseabunda invade mis sentidos, lo de menos ahora es preocuparme de lo mal que me sentó la cena o de las copitas de un brebaje amargo que llamaban ponche amenizadas con ácido, me muero, entro en trance y un espíritu me empuja para que no permanezca entre ellos cuando a lo lejos escucho una voz que me grita ¡Despierta, que la fiesta ha terminado!.</span></div>
<div style="min-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Con gran pesadez abro los ojos y descubro con sorpresa que todo fue un sueño, me resulta extraño pues era todo tan real, el ataúd, la sensación de agobio, la muerte acercándose a pasos agigantados.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">No se como ni porqué pero en el camino de vuelta a casa comienza a gestarse en mi cabeza una teoría estrambótica de lo que verdaderamente me había ocurrido aquella noche; la fuerte ingesta de alcohol y drogas me produjo un estado de delirio que consiguió que mi corazón se parara por unos momentos. En ese instante formé parte del mundo de los muertos pero en la noche de halloween todo puede suceder incluso que un espíritu caritativo me diera una segunda oportunidad en el teatro de los sueños que es la vida y que espero, esta vez, no desperdiciar. </span></div>
<br />Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-40050750040094321162012-10-14T19:47:00.000+02:002012-10-14T19:50:08.557+02:00El diario de Monroe Crashed (segunda parte)<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6kdra0Oa3TviOQZ-HbWl1NrLnEGAFt_yzKfyP-9Yddzn50L8Wja59UylPX-UJKGEjTRgGYMJG-Xbbc5LaKTIv5ANO_luVm1sfC7YTnjSuAOLTvTdsrQzJ-cZ9AyW7QryOV4haqRo4xkhf/s1600/asesinos-mas-crueles-de-los-ultimos-tiempos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6kdra0Oa3TviOQZ-HbWl1NrLnEGAFt_yzKfyP-9Yddzn50L8Wja59UylPX-UJKGEjTRgGYMJG-Xbbc5LaKTIv5ANO_luVm1sfC7YTnjSuAOLTvTdsrQzJ-cZ9AyW7QryOV4haqRo4xkhf/s320/asesinos-mas-crueles-de-los-ultimos-tiempos.jpg" width="228" /></a></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-indent: 18px;">
<b><span style="font-size: large;">Advertencia: A los menores de edad no se le está permitido leer este relato, quedáis avisados.</span></b></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-indent: 18px;">
<b><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-indent: 18px;">
<b><span style="font-size: large;">4 de octubre de 2012</span></b></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; min-height: 17px; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><b></b><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Acudo como cada jueves a la consulta del tuercebotas de Jimie. En la hora que dura la sesión siempre me lo paso genial sentado en su poco mullido diván color chocolate imaginando situaciones a cual más estrambótica para convencerlo de mi patología psiquiátrica, es como mi deporte semanal favorito, un reto para mi extraordinario cerebro inventarme una enfermedad con todo lujo de detalles y que la misma resulte para un especialista del coco, eso reseña su currículum, verosímil. Hoy le he contado abreviando que hace unos días cuando salí a la calle me noté observado, agentes del FBI vestidos de paisano me siguieron hasta el mercado y cuando miraba para divisar donde se encontraban disimulaban como si estuvieran leyendo un periódico u observando un escaparate. Seguí diciéndole, con mi verborrea característica propia de un orador profesional, que sentí mucho miedo ayer a la hora de mi baño nocturno cuando se me apareció de la nada un hombre de toga blanca, pelo canoso y barba prominente que, con voz sepulcral y de ultratumba me convencía de lo maravilloso que hasta entonces había demostrado ser, que era el elegido de entre los habitantes del mundo para salvarlos a todos como Jesucristo, Dios en la tierra, como hacedor del perdón de los pecados y de la vida eterna; no quiero pecar de modesto pero estuve brillante en la exposición de mi particular delirio, el pobre doctor quedó con la boca abierta dejando traslucir un hilillo de baba blanquecina entre sus labios, muy desagradable a la vista, eso si, que evidenciaba gráficamente a las claras que la trola que le acababa de contar se la había tragado enterita, “con espinas y todo”, si le digo en ese preciso instante mi pequeño problemilla con el deseo insaciable de matar se cae de espaldas o le da un ictus del que le es imposible volver al mundo de los vivos . No pude evitar explotar a carcajada limpia una vez salí de su despacho.</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; min-height: 14px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Ahora que estoy contento creo que sería una buena idea hablar de la segunda muerte que perpetré, juro por lo más sagrado que no fue en absoluto premeditada ni la elegí a conciencia, surgió sin más como brota la hierba fresca en el campo mojado o el sol tras la noche estrellada. Yo tenía 14 años y empezaba sin pretenderlo a interesarme por las chicas, mejor dicho por una en concreto que conocí cierto día caluroso de verano mientras caminaba solo pensando en mis cosas aunque si soy sincero ahora mismo no se muy bien expresar de que se trataba, recuerdo no obstante que era importante para mi. Lucy, que fue como se presentó, debía ser una descarada pues me invitó el mismo día de vernos y apenas hablar una media hora a tener un encuentro furtivo por la noche con actitudes lujuriosas. Quedamos, para no perdernos, en el mismo lugar donde nos topamos por primera vez y, cogiéndome de la mano me llevó, con la seguridad que le ofrece el no haberlo hecho la primera vez, al pajar de una casa cercana abandonada hacía poco tiempo. Allí, casi sin mediar palabra, se quitó la ropa instando a que yo hiciera lo mismo. Recuerdo que era preciosa, sus pechos grandes y altivos aun a pesar de su corta edad y su sexo poco rasurado me parecieron extraordinarios, yo los había visto en fotos pero al natural como suele decirse resultaban diferentes, mucho más excitantes. Deseaba observarla, acariciarla, besarla en cada palmo de su voluptuoso cuerpo, pero la magia del momento duró lo que dura una hamburguesa apetitosa en la boca de un glotón, lo que se tarda en disponer una moneda en la ranura de una máquina de refrescos y ésta al pulsar el botón de la bebida elegida expulsa sin esfuerzo la ansiada botella del líquido espumeante. Lucy, al ver de cerca mi miembro viril ya erecto comenzó a reír como si no hubiera un mañana, para ella como en una macabra premonición así resultó ser, gritando expresiones soeces del tipo “tienes un garbancito entre las piernas”, “donde vas con esa mini-polla”. La humillación que sufrí resultó insufrible, no quería escuchar esos insultos por más tiempo y la hice callar con un puñetazo en la boca; la violencia del golpe fue tal que varios minúsculos dientes amarillentos se esparcieron por el suelo. La dejé inconsciente y lo uno llevó a lo otro, no lo pensé dos veces, simplemente actué, cogí la navaja que siempre guardaba en el bolsillo derecho de mi pantalón y la degollé con un movimiento rápido. Recuerdo que la sangre roja y espesa comenzó a manar de la herida mortal de manera escandalosa inundándolo todo. Demonios, pensé, que de sangre tiene esta juguetona cabrona y, con el cuerpo aún caliente y espasmódico me pareció una buena idea llevarme un recuerdo de aquel furtivo encuentro, utilicé de nuevo mi navaja para diseccionar el pezón izquierdo de aquella belleza sin igual. Fue mi primer trofeo y probablemente el más preciado de mi colección.</span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; min-height: 14px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font-family: 'Helvetica Neue'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<span style="font-size: large;">Aquella madrugada acudí al lago sin que nadie reparara en mi ausencia a lavar mi manchado cuerpo de la ya coagulada y oscura sangre de Lucy, me sentía extraordinario, nuevamente había sido capaz de matar y no anidaba en mí una mínima sensación de culpabilidad ni desasosiego, más al contrario, había hallado la manera de ser feliz plenamente, yo solo sin ayuda de nadie, si el resto de la humanidad no lo comprendía sería en cualquier caso problema de ellos no el mío, aunque de algo estaba seguro, si quería volver a intentarlo debía ser bastante más cuidadoso, tramar un plan infalible para evitar que la policía husmeara en mi secreto, mi hobby, mi vida; no sería lógicamente igual el disfrute de mi éxito si acababa mi existencia en una sudada silla eléctrica. Esta vez tuve suerte, cuando se hubo conocido pocas semanas después la muerte de la malcriada y ninfómana chica, el asesinato se lo imputaron a un pobre infeliz perturbado del pueblo que confesó haberlo cometido, supongo, por afán de protagonismo. Me libré como se libran los grandes hombres, con un poco de inteligencia y un mucho de azar. </span></div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-59908366687124844002012-10-07T13:41:00.000+02:002012-10-07T18:35:51.567+02:00El diario de Monroe Crashed (primera parte)<br />
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; font-size: 14px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: 'Baskerville Old Face'; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGRk8DeyMINhPn7p7dYSZEQxgdsSvoMGp3HabC12nkeozDLo_UZqynQZG3vzuFlTmCHW2EQjDE_42h4Un3qJjUqTPuVtoszUziXsptmI6h4WIA3yem9vkdiYZVq9g17ODQLT5HJmMd-qj4/s1600/asesinos-mas-crueles-de-los-ultimos-tiempos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGRk8DeyMINhPn7p7dYSZEQxgdsSvoMGp3HabC12nkeozDLo_UZqynQZG3vzuFlTmCHW2EQjDE_42h4Un3qJjUqTPuVtoszUziXsptmI6h4WIA3yem9vkdiYZVq9g17ODQLT5HJmMd-qj4/s320/asesinos-mas-crueles-de-los-ultimos-tiempos.jpg" width="228" /></a></div>
<span style="font-family: 'Helvetica Neue';">Éste es un relato de “estilo gore” que iba a ser escrito para el proyecto de Adictos a la escritura del mes de septiembre. Se va a componer de varias partes; ésta es la primera. Por falta de tiempo y otros factores me fue imposible realizarlo para su publicación en el día previsto, pero como me atraía escribirlo pues aquí lo tenéis. Debo reconocer que va a ser algo fuerte, por lo que a los de estómagos sensibles y a los menores de 18 años y mayores con reserva no se lo aconsejo, avisados estáis. Dispongámonos a adentrarnos en la oscuridad más absoluta de la mente humana</span><span style="font-family: 'Helvetica Neue';"> </span><span style="font-family: 'Helvetica Neue';">y en la sombría personalidad del individuo con “El diario de Monroe Crashed”.</span> </div>
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<b>3 de octubre de 2012. </b></div>
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<b></b><br /></div>
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<b><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span></b>Me llamo Monroe Crashed y éste es mi diario. Hoy he empezado a escribirlo por prescripción de mi médico, a partes iguales insigne y palurdo Doctor Jeremiah Smither, Jimie para los amigos. Jimie, con el que llevo tratándome varios años, judío de boquilla pero no practicante, con sus gafas culo de botella y su bigotito repelente, tiene la firme convicción de que soy un esquizofrénico paranoide, pero lo que no sabe ni es capaz de discernir en cien vidas es que he inventado esos síntomas (en la wikipedia se encuentra gran parte del conocimiento del planeta) para poder acceder sin mucha complicación a una paga de invalidez cuantiosa que, gustosamente y sin rechistar, el Estado de Massachusetts me abona religiosamente el 28 de cada mes.</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>No sé muy bien cómo va esto; es el primer diario que escribo pero supongo que lo procedente es empezar por el principio. Yo nací al abrigo, aunque no sea esa la palabra capaz de describirlo, de una familia que podríamos llamar de peculiar. Mi madre, una santa y el único ser humano que me ha tratado bien y me ha querido en esta asquerosa vida, era puta, y mi padre, un transportista parado en sesión continua, borracho desde las ocho de la mañana a las doce de la noche, no hacía otra cosa en todo el día que estresar al sofá mugriento del salón de casa dándole a la botella y levantándome la mano con el consiguiente mandoble posterior, muy gallito cuando ella no estaba por sus quehaceres libidinosos, si no cumplía sus ordenes a tiempo. Una tarde gris de otoño, a la edad de siete años me comunicaron la muerte en accidente de coche de mis padres; únicamente lo sentí por mi madre, no por el borracho bastardo, que era como por aquel entonces yo llamaba a mi padre. Desde ese momento me encontré solo en el mundo, y como no tenía parientes cercanos que quisieran hacerse cargo de mí, todo este cúmulo de infortunios hizo que mis huesos fueran a parar a un orfanato.</div>
</div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Yo, que era un niño tímido y con una inteligencia fuera de lo común, caía mal en ese agujero infecto para chavales descarriados que era Howards. Miky, no podría olvidar ese nombre mientras viviera, era un sucio y pecoso mamporrero tres años mayor que yo; no sé la razón pero la tomó conmigo. Todos los días al terminar las clases me esperaba para darme una manta de puñetazos con el único fin de robarme los apuntes, o simplemente abusar sexualmente de mí por simple divertimento. Si digo la verdad, el primer día lo pasé francamente mal. Recuerdo que tras acontecer el desgraciado incidente me metí en la ducha llorando y me llevé al menos unas dos horas bajo el agua; la angustia y la desesperación no desaparecían ni siquiera restregando mi escuálido y amoratado cuerpo con esa esponja de púas que nos proporcionaban para nuestro uso higiénico. Esto me ocurrió como una semana entera, día si y día también, pero ya no me importaba, sabía que Miky debía pagar por sus horrendos actos y yo iba a ser su brazo ejecutor.</div>
</div>
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<br /></div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Una mañana me levanté con la firme decisión de acabar con la vida de Miky. Lo cité a media tarde junto al único lago que se hallaba en los alrededores, a media milla del orfanato, con la falsa propuesta de enseñarle una cosa que había escondido en aquel lugar; lo que no podía saber el pecoso Miky, por ser escaso de entendederas, era que lo que iba a descubrir allí sería su muerte haciendo uso de una sartén de grandes dimensiones que previamente había robado, sin que nadie se diera cuenta, de la cocina. Una vez ambos en ese escenario sombrío, lo dirigí con entusiastas palabras hacia unos matorrales y le dije que allí estaba lo que iba a enseñarle; él se agachó para rebuscar, lo cual me dio el tiempo suficiente para esgrimir la sartén contra su cabeza inútil. Fue un golpe seco y certero. Supe que aquel desgraciado había muerto al instante, pues parte de sus viscosos sesos ensangrentados fueron a parar a la hierba fresca. Los pisé en señal de duelo y, una vez me hube recuperado de lo que había sido capaz de hacer, le até una piedra de grandes dimensiones con una cuerda a sus pies inertes, con eficiente nudo marinero, y me lo llevé unos pasos más allá de la orilla, donde la profundidad era suficiente, y con enorme esfuerzo lo lancé con todas mis fuerzas al fondo del lago; allí se quedó hasta el fin de sus días comido por los peces.</div>
</div>
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<br /></div>
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No puedo describir con palabras la amalgama de sensaciones que me causó la muerte de Miky. Me sentí especial, único, superior al resto de los mortales; en ese instante de orgasmo emocional supe que no iba a ser la única muerte que perpetraría a lo largo de mi vida. El placer que me causaba planearla y finalmente ejecutarla iba a ser para mi una droga dura: no podría pasar sin ella, como les ocurre a los yonkis en períodos de abstinencia; necesitaba el chute de poder que sólo podía conseguir cercenando la vida de otro ser humano, por el simple placer de hacerlo. <span style="font-size: 12px;"> </span></div>
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<br /></div>
Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-56539408306046500052012-06-25T08:00:00.000+02:002012-08-30T10:57:46.133+02:00El robot y el extraterrestre<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS_q5iMEPSFRHNJYAmWdTXXgq4_3VSTdsbrlIexq5ELZBF_iczjT4yIvjMRw9QkNZxykjDmj41sRuMyP2FCoOL4lvf-QFF_pgWZJ4tmj6DhDFjkOUKYKGgpFW7v7_HYkffTj6jQqjClDqz/s1600/robot-humanoide1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS_q5iMEPSFRHNJYAmWdTXXgq4_3VSTdsbrlIexq5ELZBF_iczjT4yIvjMRw9QkNZxykjDmj41sRuMyP2FCoOL4lvf-QFF_pgWZJ4tmj6DhDFjkOUKYKGgpFW7v7_HYkffTj6jQqjClDqz/s320/robot-humanoide1.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
El proyecto de este mes de “adictos a la escritura”, versa sobre unos personajes que deberán ser los protagonistas de nuestra historia, que al azar nos han correspondido. En mi caso, se trata de un robot y un extraterrestre.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
Aquí comienza “El robot y el extraterrestre”. </div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
Corría el año 2.045 de la nueva era, nombre con la que se denominaba a la etapa tras la Tercera Guerra Mundial ocurrida en el año 2.013 y que se prolongó en el tiempo durante siete largos años, pero cuyos efectos devastadores duraron más de lo deseable. </div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Durante largo tiempo los libros de historia habían emborronado sus páginas contando que el detonante de esta guerra había sido el ataque terrorista cruel y despiadado por la aquella entonces organización delictiva-religiosa denominada “Al Qaeda”, el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de verano del año 2012 celebrados en la ciudad de Londres, donde fallecieron miles de inocentes, a la sazón los únicos Juegos que tuvieron que ser suspendidos por tan grave acontecimiento. Los países occidentales se unieron en frente común en contra del que denominaron “el maligno árabe”; fue una lucha sin tregua ni cuartel de Occidente contra Oriente. Afortunadamente, con el tiempo se supo la verdad pero nada pudo hacerse para remediarlo; ciertos países y sus conciudadanos de grandes fortunas, personajes que sin lugar a dudas movían los hilos político-financieros de los gobiernos, ante la necesidad de vender los excedentes de material armamentístico y la escasez del que por esas fechas era el hacedor de la energía y responsable final de la civilización tal y como era conocida, el petróleo, confabularon un plan maléfico organizando un golpe terrorista, echando la culpa de lo sucedido a una facción extremista árabe para la consecución de sus fines horrendos. Y a prueba, macabra por otra parte, que lo consiguieron.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>En el 2.045, una vez se hubieron calmado definitivamente las aguas de la batalla, el planeta se distribuyó y organizó políticamente en dos grandes estados, América y Europa, a los que se les llamó coloquialmente “el primer mundo”. El resto, los indeseables perdedores de la guerra, se hacinaban en territorios baldíos, desiertos y estériles como sus pobres cuerpos, pereciendo finalmente fruto del hambre, la sed y la desesperación más absoluta, sin que nada ni nadie tuviera posibilidad de modificar este aciago destino.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>La sociedad se había vuelto individualista e insolidaria, los valores antaño imprescindibles para el ser humano como la moralidad, el honor, la conciencia colectiva o el bien común, se habían esfumado por el desagüe de la incomprensión como las ilusiones de un planeta nuevo y mejor. </div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Al que poseía la enorme fortuna de nacer en ese “primer mundo” no le faltaba ni comida ni agua, sus necesidades básicas estaban plenamente cubiertas y vivía con todas las comodidades imaginables. Una familia media y estándar la conformaban la pareja (del sexo que fuese), un hijo o hija fruto del deseo carnal y de la ingeniería genética mas no del amor, y al menos un robot con forma humana que les ayudaba en las tareas del hogar y enseñaba, con la mayor de las sonrisas que su rostro sintético fuese capaz de ofrecer, las materias básicas como matemáticas, física, literatura, etc…, para poder manejarse en la vida a los pequeños o grandes de la casa, siempre y cuando tuviera instalado en su memoria el módulo de software correspondiente. </div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Ésta es la historia de un robot especial con número de identificación “C3PO-NUEVA GENERACIÓN-000125798”, que en su familia, John, Julia y su hijo Francesc llamaban cariñosamente y para abreviar “Halo”.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Halo, un robot humanoide de nueva generación extremadamente perfecto, era como todos los robots fabricados de su serie salvo por un defecto en sus circuitos que lo hacía único. Este robot, que había sido diseñado para aprender de todo lo que le rodeara y tomar decisiones por sí mismo, comenzó a plantearse cuestiones diversas que estaban vedadas al resto, empezó a tomar conciencia de sí mismo como un yo personal diferenciado del resto, haciéndose preguntas del tipo ¿quién o qué soy yo?, ¿porqué me han creado?, ¿podré ser algún día humano?, ¿tengo alguna misión en este mundo que haga que sea recordado por siempre?, ¿existe el alma? y si es que existe, ¿tengo yo alma tal y como refieren poseer los humanos?, una vez que mis circuitos queden inutilizados por el uso, ¿podré vivir para siempre en forma espiritual?.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Estas preguntas tan dispares como fundamentales martilleaban incesantemente la cabeza de aleación ligera de Halo, tanto que le distraían e imposibilitaban para realizar el trabajo por el que había sido adquirido. John y Julia, al tomar conciencia del problema que acuciaba a Halo, decidieron sin compasión que lo mejor para todos era desechar por defectuoso al robot y, contrariamente a lo que pudiera pensarse, a Francesc le pareció fenomenal siempre y cuando compraran sus padres un nuevo robot con quien jugar. Cierto día, mientras Halo salió al jardín para observar una mariposa de extraordinarios colores, John, Julia y su hijo Francesc de común acuerdo le negaron el paso a su hogar, le indicaron que sus claves de acceso vía retina a la vivienda habían sido borradas y le dijeron sin más explicación que se marchara para nunca volver; ya no era bien recibido en esa casa.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Así fue como Halo por primera vez experimentó la sensación extraña del rechazo, vagó desde entonces sin rumbo fijo por las calles infectadas de vehículos teledirigidos y paneles de publicidad, hasta que comprendió que todo lo malo que le estaba pasando debía tener una razón de ser, que quizás fuese la única posibilidad de salir ahí afuera y descubrir los interrogantes que tanto le desvelaban.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Preguntó a todo humano mayor de sesenta años, como sinónimo de sabio, que se encontraba por doquier, visitó cientos de hemerotecas digitales donde el conocimiento se condensaba, leyó miles de libros de temática espiritual, pero todo resultó en vano, nada le ofrecía las respuestas que tanto ansiaba descubrir hasta que ocurrió un hecho sorprendente mientras contemplaba en soledad un campo extraordinario de amapolas al amanecer. Del cielo estrellado surgió con el rugir de los grandes sueños una nave de proporciones inmensas de una tecnología muy avanzada y aparentemente no humana de la cual descendió ingrávido un ser esbelto de unos tres metros de altura, de grandes ojos oscuros y de piel casi translúcida. Halo, más que sentir miedo o incertidumbre se alegró de la suerte tan inmensa que había tenido; ese ser tan avanzado probablemente fuese el único que tuviera las respuestas.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHY1g3axbzLbt0ZBCz2YGlkWSU9GvGtxCtm7IhFAbKXBdpqfiTzfSucPMHxxWG2Ta4IUL15x2OkkvnGEMuymQm_LuHjgCZLewQ_pFgEDPvCsJvsDzR87ohzpHCbEVwEuYkLLMLPzh5NUs3/s1600/extraterrestre.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHY1g3axbzLbt0ZBCz2YGlkWSU9GvGtxCtm7IhFAbKXBdpqfiTzfSucPMHxxWG2Ta4IUL15x2OkkvnGEMuymQm_LuHjgCZLewQ_pFgEDPvCsJvsDzR87ohzpHCbEVwEuYkLLMLPzh5NUs3/s320/extraterrestre.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
No hablaron, no hizo falta, el ser extraterrestre por telepatía le transmitió al humanoide que habían venido a la tierra en son de paz y con la misión de difundir un mensaje de ilusión a los pobladores de ese planeta y que él sería el medio conductor perfecto a tal fin. Halo inmediatamente mostró tu consentimiento pero en pago justo a tal favor ellos debían contestar a todas sus preguntas. El extraterrestre que respondía al nombre de “Skywalker” sonrió y le inculcó en su mente lo siguiente:</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>— Buen amigo, lo que estás preguntando es en definitiva cuál es el sentido de la existencia y eso es algo que, aunque yo lo supiera, no debo decírtelo; tienes que descubrirlo por tus propios medios. Lo que sí puedo hacer es ofrecerte unos consejos que quizás te lleven a lo que estas buscando: vive el día a día como si fuese el último, sé consecuente con tus propios principios y nunca los traiciones y, por encima de todas las cosas, haz el bien como fin supremo. Si sigues fielmente estos cometidos puedo asegurarte que mientras exista conciencia colectiva, de la que tú tendrás a partir de ahora mucho que ver, tu huella se mantendrá imborrable y vivirás para siempre en el ideario de las gentes hasta el final de los días.</div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 18.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 16.0px Arial; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Halo, como muestra de respeto y consideración, agachó su cabeza y juró firmemente cumplir tan magna e importante misión. </div>
<br />Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-27518705178072644682012-05-28T08:00:00.000+02:002012-06-04T21:52:25.769+02:00La niña de la manzana, proyecto del mes de mayo para "adictos a la escritura"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzm6EGOVn1HOvjC_UQxkqefpaQZHhPfhndVttjAz8_6LNkH_kCec7qWOqUJdcgHqW_OOHdNafTcXVBNjNbxBKT8yhc-r2YCHkDW8bA4Z2jaJ-KTBwVUBkl7qaCrxx5zzBNNo_yFZ2mSm_r/s1600/berny1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzm6EGOVn1HOvjC_UQxkqefpaQZHhPfhndVttjAz8_6LNkH_kCec7qWOqUJdcgHqW_OOHdNafTcXVBNjNbxBKT8yhc-r2YCHkDW8bA4Z2jaJ-KTBwVUBkl7qaCrxx5zzBNNo_yFZ2mSm_r/s320/berny1.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Como cada mes desde “Adictos a la escritura”, se nos propone, esta vez, un relato por parejas en el que deberemos conformar una historia que tenga relación con la imagen que previamente nos ha sido sorteada. En nuestro caso nos correspondió fruto del azar la foto de una niña con una manzana en la mano.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Dispongámonos entonces a contar la apasionante historia en cualquier caso ficticia de “La niña de la manzana”.</span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Julio y Rosario eran una joven pareja recién casada. Él, mecánico del único taller que existía en el pueblo; ella, maestra de escuela de niños de corta edad que con gran esfuerzo y dedicación conseguía, al menos eso es lo que pensaba, que sus alumnos aprendieran a querer la literatura. Ni que decir tiene que para Rosario los libros eran su mundo y pretendía transmitir a esos niños ávidos de conocimiento, dicho sea de paso, con gran emoción, el placer tan inmenso que se siente al pasar las páginas blanquecinas, ese olor inconfundible de libro antiguo, los lugares tan dispares en que logran transportarnos y las vidas y aventuras que nos hacen vivir; en definitiva que la esencia de leer y su significado casi místico fuese grabada como a fuego en esos críos. </span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>El mecánico y la maestra se conocían desde siempre. A Rosario, día sí y día también, se la veía al lado de Julio. Mientras las demás niñas estaban jugando a las casitas, Rosario, si no tenía deberes pendientes pues era muy aplicada en los estudios, se iba a buscar a Julio o Julito para juntos ir a pescar al río o perseguir a libélulas escurridizas. Eran inseparables y, claro esta, cuando crecieron ya era irremediable que se gustaran y que acabaran vestidos de novios para plasmar en un papel y delante del “Santísimo” lo que sus corazones sentían.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Eran felices, el dinero que llegaba cada mes a su cuenta corriente no era mucho pero más que suficiente como para pagar su casa con jardín, el coche de segunda mano de Julio y la biblioteca repleta de libros de Rosario. Todo lo demás carecía de importancia, pero como a los humanos nos gusta complicarnos la vida, tanto Julio como Rosario decidieron que ya era hora de traer a su vástago a la tierra. Y así, transcurridos ocho meses y 24 días de su concepción, nació en parto natural y con grandes sufrimientos para la maestra una preciosa niña a la que pusieron por nombre Sara.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Sara, de grandes ojos turquesa y carácter risueño y apacible, en apariencia sana, escondía para desgracia de sus padres una enfermedad difícil de descubrir pero que marcaría para siempre su existencia. Cierto día, mientras la niña se disponía a juntar las piezas de colores de un puzzle de madera que con tanto amor Julio compró a su hija en su cuarto cumpleaños mientras salía del taller, sus padres comprobaron que Sara los componía correctamente y en un tiempo récord pero mezclando incomprensiblemente los colores; los rojos con los azules, y los verdes y amarillos con los naranjas. Al principio, como era natural, no le dieron importancia pero poco a poco fueron descubriendo, a su pesar, que la niña no sabía distinguir colores.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Muchos doctores estudiaron la enfermedad de Sara, sesudos investigadores de bata blanca le hicieron pruebas y más pruebas hasta llegar finalmente a la firme conclusión de que la pobre niña padecía de una especie extrañísima de daltonismo, la niña veía en blanco y negro, o más técnicamente hablando, en una escala de grises, y lo que era aún más inquietante, no existía cura conocida para ella.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Así creció Sara con el cuidado casi constante de sus padres hasta que un día el destino y la providencia quiso solucionar su problema. Sara odiaba las frutas, ya fueran naranjas, sandías, peras o manzanas, era superior a sus fuerzas pero, mientras jugaba con su mejor amiga Rosa probó casi sin querer y por curiosidad una manzana “red delicius”, las que son de color rojo intenso, comprobando casi al instante que sus preciosos ojos ya no veían en blanco y negro sino en una gama de tonalidades a cual más brillantes y bonitos. Pudo observar un cielo azul maravilloso, la hierba verde recién cortada y el amarillo fulgurante del sol. A partir de entonces había vuelto a nacer, todo lo que veía tenía sentido.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Alegre de emoción y dicha fue la joven Sara a contarles a sus amorosos padres lo sucedido. Su padre Julio no pudo evitar que las lágrimas brotaran de su rostro; Rosario, en cambio, se quedó sentada en una silla sin moverse ni articular palabra, se encontraba en estado de shock. </span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>El efecto asombroso, al parecer, sólo duraba unas horas. Los médicos no daban crédito a lo sucedido; explicaron que lo acontecido se podía deber, aunque no a ciencia cierta, a una reacción alérgica extraña que provenía de una enzima que sólo tienen ese tipo de manzanas, y que incidía, sin conocerse aún la causa, directamente sobre las células de la retina de los ojos de la niña intensificando y magnificando su poder, hasta entonces dormido. Julio y Rosario, en cambio, se fiaron de su instinto y creyeron más acertada la teoría de que lo sucedido se debió a un milagro ante tanta plegaria al Santo Dios, y desde ese preciso instante solemnemente juraron al unísono por lo más sagrado que a su querida hija no le faltaría nunca jamás una manzana roja.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Esta promesa fue cumplida por sus padres mientras pudieron. Todas las semanas, Rosario traía del mercado las mejores manzanas “red delicius”, kilos y kilos de ellas, hasta que las potencias mundiales se pusieron de acuerdo y confabularon una guerra a escala mundial. El detonante de todo este absurdo fue un “porqué no te callas” , que le espetó cierto dirigente occidental, en una conferencia internacional de países, a otro oriental y el orgullo de no retractarse ni pedir disculpas. Todo esto derivó en un incidente a escala mundial que dio como resultado casi inevitable la declaración conjunta de guerra.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>A partir de entonces todo fue un caos, el miedo invadía como un potente ejército los corazones carentes de ilusión de los pobres civiles. El dinero escaseaba y los alimentos, sobre todo los perecederos, desaparecían de los estantes de los supermercados.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"> <span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Julio perdió su trabajo, ya no se necesitaban tantos mecánicos y Rosario ganaba la mitad de su sueldo en la escuela. La familia tenía lo básico para sobrevivir pero para Julio y Rosario lo más importante, visto lo visto, era que a su hija no le faltara esas manzanas que le daban la vida. En el pueblo que conocían el problema de Sara, todos echaban una mano y se afanaban en conseguir esas manzanas que ya empezaban a terminarse lo cual se agravó con las bombas que cayeron cierto día aciago de verano. El olor nauseabundo a piel quemada y basura infecta se respiraba por cada rincón de ese lugar de destrucción, las gentes corrían sin saber bien donde ir, la desesperación y la zozobra se instaló en aquel perdido pueblo y no quería marcharse, pero mientras aún existieran manzanas para Sara, sus padres eran felices.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Pero como las penurias nunca vienen solas, el alimento se fue acabando poco a poco, las latas de conservas como único sustento para sus estómagos rugientes dieron a su fin. El gobierno dispensaba de pan cada dos días pero esa medida de urgencia acabó para desgracia de estas pobres gentes que malvivían por unos dirigentes, absolutos irresponsables sin alma, que habían llevado a la guerra sin pensar en que su pueblo se moriría de hambre. </span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Y llegó el momento que Julio y Rosario no hubiesen querido ni en la peor de sus pesadillas, en la casa para comer sólo quedaban 20 manzanas que con celo guardaban para su hija. Ella, con una falta absoluta de egoísmo cogió las manzanas y se las cedió a sus padres diciendo:</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>— Papá y mamá, os quiero muchísimo, habéis sido los mejores padres para mí, vosotros me disteis la vida y me enseñasteis lo que es ser una buena persona amante de las pequeñas cosas. Lo que yo soy os lo debo a vosotros y sin dudarlo un momento prefiero este mundo en blanco y negro aún lleno de sombras que vivir en colores con la culpa de que mis padres se queden sin comer. </span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>De ese modo, Sara enseñó a sus padres y al mundo entero, si supieran escuchar, algo maravilloso, de lo cual se mostraron muy orgullosos; reparte con los demás lo que tengas aunque en el intento puedas quedarte sin ello pues ese acto infinito de generosidad te recompensará con creces mucho más que si lo hubieses disfrutado sólo tú. </span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span><br />
<br />Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com52tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-45939171454817958742012-04-21T14:14:00.000+02:002012-04-21T14:14:54.540+02:00Seres oscuros<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBdPVXmiDgW-M1Mpy75A0DS6gvH7OyTHaQ0fT_ppXOjuEfozKmAEElF_gI4DsAc9Q6BpZvElvzmnyUJCCFU6TYpXBXHlNRkqGQTQSfR4BCEooNdNmMPlVJ3v7BifmGP14JnkDoCxzBtQnE/s1600/cucaracha2.gif" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBdPVXmiDgW-M1Mpy75A0DS6gvH7OyTHaQ0fT_ppXOjuEfozKmAEElF_gI4DsAc9Q6BpZvElvzmnyUJCCFU6TYpXBXHlNRkqGQTQSfR4BCEooNdNmMPlVJ3v7BifmGP14JnkDoCxzBtQnE/s320/cucaracha2.gif" width="260" /></a></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;">En estas líneas desearía hablaros de personas (ya sean hombres o mujeres), sin alma ni escrúpulos. Seres inmundos e infectos que no merecen ninguna distinción ni reconocimiento más todo lo contrario, la mayor de las indiferencias.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Me refiero a aquellos individuos que se encuentran por encima del bien y del mal, se sienten superiores al resto de los hombres sin distinción de género mirándonos por encima del hombro. Nos tratan como chusma, que equivocados y vacíos están pues la chusma y la podredumbre sin lugar a dudas son ellos.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>En su vocabulario no existe la palabra educación, si alguien osa a saludarlos con un simple “buenos días”, ellos nunca devuelven el saludo, no pueden rebajarse pues son portadores, en su errónea conciencia enferma, de la verdad absoluta.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Si por razón del cargo u oficio que ocupan en la sociedad esperan el respeto, en apariencia es probable que lo consigan pero lo que no llegan a vislumbrar ni en sus peores pesadillas es que este respeto es falso, es de mentira. No han aprendido aún que el respeto no se exige ni se compra, el respeto de verdad hay que ganárselo día a día, hay que merecerlo.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Cuando estas sabandijas cometen una equivocación aún dañando a terceras personas nunca piden perdón, de acuerdo con su forma de pensar es delito incluso plantearse tal circunstancia. Desde mi punto de vista, lo delictivo es sufrir su presencia.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Estos personajes o personajillos que se autodenominan con pedantería de “dioses” no entienden que una vez hallan finalizado la labor que la sociedad y su inteligencia les permitió desarrollar, una vez despojados de sus prerrogativas y dádivas, son simples mortales, con sus virtudes, pocas, y sus miserias, muchas. Se quedarán solos y desvalidos, nadie querrá acogerlos pues en el devenir de sus vidas nunca se molestaron en la necesidad de sembrar la cosecha, y al final no quedarán frutos que recoger, válgase el símil.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Mi teoría es que en su infancia sufrieron el desprecio y la desconsideración de niños malvados y ahora, en edad adulta, ese desprecio lo multiplican por mil y lo utilizan como arma arrojadiza ante infelices que acaban topándose con ellos. No es excusa, no señor, la sociedad nos enseña y nos grita alto y claro lo que está bien y lo que está mal. Es en nuestros corazones donde deberemos escarbar que decisión es la acertada, ser dignos de elogio y reverencia o de lo contrario convertirnos en personas despreciables. Los que eligieron en su plena capacidad de entendimiento convertirse en lo que son, si Dios existe, algún día lo pagarán. Me gusta pensar que todo no acabe con la muerte, que un ser superior nos permita redimirnos de vidas pasadas. En ese caso, estos “seres oscuros” bien podrían reencarnarse en unas sucias cucarachas a punto de ser pisoteadas por una bota del 45, y si no es mucho pedir, que permanezcan pegados y agonizantes irremisiblemente a ella por meses. </span></div>Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-81116282599279326252012-04-14T08:00:00.000+02:002012-04-16T10:53:05.176+02:00Titanic, proyecto para adictos a la escritura del mes de abril<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFzu2T-L8NeZPaTZJPpFiAGN_-YY93_r8w77Jmv3tRqvKa6ufFn56BOcORB__r9dLt9FUuo2IsZaDR1U3kN0rIH-YR0n0oqvfSF3_RVgAmwalA9UP5mNCGGEjlrNkrVKDA3zTKjfKkDkoO/s1600/titanic.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFzu2T-L8NeZPaTZJPpFiAGN_-YY93_r8w77Jmv3tRqvKa6ufFn56BOcORB__r9dLt9FUuo2IsZaDR1U3kN0rIH-YR0n0oqvfSF3_RVgAmwalA9UP5mNCGGEjlrNkrVKDA3zTKjfKkDkoO/s320/titanic.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></b><br />
<div style="text-align: justify;">
<b></b></div>
<div style="font: normal normal normal 14px/normal Cochin; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: justify; text-indent: 18px;">
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b>La idea de escribir este relato proviene del proyecto de adictos a la escritura del que soy miembro pues, ya habréis podido imaginar, el 14 de abril se conmemora el centenario del desastre del Titanic. Siendo sincero, debo reconocer que odio profundamente la película “Titanic” de James Cameron como director, y este dato incontestable ha sido como no podía ser de otra manera mi fuente de inspiración.</b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b> Este relato corto es total y absolutamente ficticio, fruto de la mente calenturienta de su autor y con un fin muy determinado, divertir al que lo lee. Los nombres y localizaciones que aparecen, alguno real, sirven a la historia simplemente como referencia y punto de apoyo para la misma pero sin afán de insultar o vejar a nadie, y menos aún de lucrarme con esto. No me extiendo más en esta introducción, espero que os guste y lo disfrutéis tanto o más a como yo lo he disfrutado con su escritura.</b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b> Aquí comienza mi relato corto “Titanic”. </b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 28.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<b>CUARTEL GENERAL DEL SERVICIO DE INTELIGENCIA NORTEAMERICANO, EN LA ACTUALIDAD. SALA DE INTERROGATORIOS. SON LAS 11.30 HORAS DE LA MAÑANA.</b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b> </b>La sala era pequeña y rectangular. Su decorador no podría denominarse de excelso ni extraordinario. La conformaba una mesa cuadrada de unos dos metros de longitud sacada de un colegio cualquiera y dos sillas extremadamente simples. La estancia se encontraba iluminada con una luz amarillenta que provenía de una lámpara de neón. Sin ventanas. Un amplio espejo ocupaba casi toda una pared del que seguramente al otro lado alguien los estuviera observando, y con una única puerta de entrada o de salida. Todo muy tétrico.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
Sentados ya en las sillas se encuentra el Oficial Mayor al mando Alan Smith, nieto curiosamente del Capitán del Titanic Edward John Smith, y el afamado cineasta James Cameron. La tensión se masca en el ambiente.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— Dígame su nombre completo—, expresó con solemnidad Alan Smith a su interrogado. Alan, tipo alto y fornido donde los haya, pelo ralo y prominente mandíbula, facciones rectas e inexpresivas, parecía sacado de una película de tipos duros, un geyperman cualquiera. </div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— Como si no lo supiera. Si se me va a acusar de algo quiero la presencia de mi Abogado, esto es un atropello y una ilegalidad. Tengo mis derechos, contestó el director sin poder disimular su incertidumbre.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
El oficial Mayor en ese momento abrió una voluminosa carpeta color marrón del que sobresalía presumiblemente un dossier con amplia y variada información sobre el cineasta. Lo miró a los ojos y con enorme tranquilidad le dijo:</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— Usted no tiene una mierda, la Seguridad Nacional está en juego. Vayamos al grano, no quiero perder toda la mañana con esto. Sr. Cameron, dígame, que sabe sobre el Titanic. No me refiero al esperpento de película que filmó, sino a lo que pudo averiguar sobre el desastre. No escatime en detalles.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
—Ahh, ¿pero todo esto va del Titanic?, no me lo puedo creer. Su historia es conocida por todos y se ha contado un millar de veces. Fue sorprendido en Terranova por un iceberg gigante sin que hubiera posibilidad de detenerse o esquivarlo el 14 de abril de 1912, según se dice sobre las 23:40 horas. Murieron 1517 personas salvándose sólo 705. Una tragedia. Mire la wikipedia, allí lo pone todo con pelos y señales mucho mejor de lo que yo pueda contarle.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— No me venga con pamplinas que cuentan las abuelas a sus nietos—, le espetó el Oficial con un tono de voz serio. —Me consta que usted estuvo investigando por su cuenta distintas teorías de lo que ocurrió realmente ese 14 de abril. Incluso, esas teorías le llevaron, con un enorme gasto económico por su parte, a profundizar como ningún otro hombre hizo antes en la fosa de las marianas, en el Océano Pacífico. Lo tenemos todo documentado, no puede engañarme. Aquí estamos usted y yo, nada más, aquí no es un hombre importante ni conocido. Dígame lo que quiero saber y podrá marcharse a casa.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
El cineasta con aparente estado de nerviosismo, viéndose a sí mismo atrapado y sin posibilidad de escapatoria, sabía que si quería volver con su familia debía contarlo todo, lo que él creía que sucedió y, sin volver a pensarlo dos veces comenzó a hablar.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— Lo que se conoce de la tragedia del Titanic es un burdo engaño. Todos los pasajeros desaparecieron, el Titanic nunca se hundió, simplemente se esfumó de la faz de la tierra. Los restos del barco que aparecieron en el año 85 no concuerdan con los del Titanic, eran de otro barco. Los “supuestos” supervivientes resultaron ser simplemente actores y actrices que interpretaron a la perfección su papel, los niños eran pequeños en aquella época y nunca hablaron de lo sucedido, ¿no puede parecer ese dato extraño y curioso?. La lista de pasajeros se falseó a conciencia. Todo se tapó. Todo se silenció. El gobierno de los Estados Unidos lo silenció.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
El director de cine bebió un poco de agua y prosiguió:</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— La última grabación de radio del Titanic y de la que tuve oportunidad de escuchar una sola vez no hablaba de ningún iceberg. El primer oficial de radio Jack Phillips con evidente temor en sus palabras, pronunciaba, antes de cortarse para siempre su mensaje, lo siguiete: “Pero Dios, que es eso, es un OV……”. No se grabó más. Mi teoría es que unos seres venidos de otro planeta, más evolucionados e inteligentes que el hombre, se vieron sorprendidos y amenazados por ese enorme barco en la que en aquella fecha era una de sus sedes terrestres y, materialmente, lo confiscaron con todos sus pasajeros. O algo peor, lo destruyeron. Estos datos fueron conocidos de primera mano por el Gobierno de los Estados Unidos, decidiendo su Presidente que era mejor ocultarlo para no alarmar a la población civil. Actuaron rápido y con eficiencia, eso sí que hay que reconocerles. En la fosa de las marianas encontré vestigios de lo que fue una sociedad extraterrestre, construcciones que no pudieron ser realizadas por el hombre por razones obvias. Todas mis investigaciones iban por ese camino. Lo que no pude descubrir es que fue del majestuoso barco y de sus desdichados pasajeros.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— Esto es otra cosa. ¿No ve como no ha sido tan difícil?. Ahora debo ser sincero con usted, le engañé. Nunca tuve la intención de dejarle marchar. Usted se va a quedar aquí, tiene una misión que deberá cumplir por nosotros y por todos sus conciudadanos, algunos de ellos, o muchos, fieles espectadores de sus películas, pronunció con cierta sorna y desprecio el Oficial Mayor. Concéntrese en mis palabras pues no tengo intención de repetirlas. Voy a contarle un secreto que unos pocos privilegiados conocen. Hace un año nuestro físico más afamado al servicio exclusivo de los Estados Unidos, el Sr. William Kosturika, debo decir que por casualidad, inventó la manera de viajar en el tiempo, ha creado la ansiada máquina del tiempo. La hemos probado con ratas y primates en pequeños experimentos y funciona. Ahora interviene usted en esta historia. El Presidente de los Estados Unidos de América, siendo usted la persona viva que más sabe sobre el Titanic, le pide que viaje en el tiempo, concretamente al día 14 de abril de 1912 a las 22.30 horas de la noche, una hora antes de ocurrir el siniestro, en las coordenadas donde se supone que el Titanic estaba ondeando aquella aciaga noche los mares de Terranova. Su misión es informar sobre que fue lo que realmente sucedió. Se le proporcionará una mochila con un emisor de radio. Está preparada para emitir en una frecuencia cifrada nunca antes utilizada por el hombre. Esa señal será captada en nuestra base de operaciones muy cerca de donde usted se encuentra ahora. Esa es la buena noticia, la mala es que el viaje es unidireccional, nuestro físico a día de hoy no ha sido capaz de invertir el proceso, al menos de momento, pero le aseguro que lo conseguirá y volverá de donde quiera que se encuentre. Esta misión es fundamental e imprescindible para la vida, tal y como la conocemos, en la tierra. Si sus teorías son ciertas y nuestras informaciones también, algo gordo se está cociendo con nuestros vecinos de piel verde o como quiera que la tengan. Cuanto más datos manejemos de ellos más posibilidades tendremos de preservar nuestro mundo. </div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— ¿He oído bien?, usted está loco, usted y nuestro querido Presidente de los Estados Unidos. Supongamos, y es mucho suponer, que todo lo que me está contando es cierto, estoy convencido que habrá cientos no, miles, de sufridos soldados que se sientan orgullosos de perder la vida en tan fastuosa misión por su País. Yo no soy su hombre, ni siquiera me cae bien el que se sienta cómodamente en el sillón presidencial de la Casa Blanca. No, desde luego que no, no lo haré.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
— No le estoy pidiendo opinión, mi querido Director, no tiene alternativa, le informo simplemente de su misión que hará por las buenas o por las malas, ¿Está claro?.</div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
El Oficial Mayor saca del bolsillo interior de su chaqueta una jeringuilla y con un movimiento rápido de su muñeca inyecta su contenido en la mano derecha del cineasta sin que tenga posibilidad de reaccionar y éste queda dormido en cuestión de segundos. </div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<div style="font: 24.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<b>EN ALGÚN LUGAR DE CALIFORNIA, EN LA ACTUALIDAD.</b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: center; text-indent: 18.0px;">
<br /></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-size: 24px;"><b> </b>Con gran pavor despertó el Director de cine Cameron aquella mañana de lo que en apariencia era un sueño, muy real, pero al fin y al cabo un simple sueño. Observaba con curiosidad a un lado y a otro de su amplia y minimalista habitación como queriéndose convencer a sí mismo de que se encontraba en su casa sano y salvo. Todo se hallaba como siempre. Su cama inmensa, la luz del sol entrando tímidamente a través de la cristalera de la estancia, su mujer a su lado durmiendo plácidamente. Todo como siempre, salvo por el nimio e insignificante objeto que descansaba en el mullido sillón descalzador de madera de caoba justo al lado de la cama, una mochila militar de color verde.</span><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"> </span></div>
</div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"> </span></span></div>
<div>
<br /></div>Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com20tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-17504606242324219472012-04-06T12:27:00.000+02:002012-04-07T10:09:49.904+02:00Imsonnio<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih1GfijwuB8ulALk_gWiO4ogMJlDSiJS3CyOJtv5ZzOtMl_93UoxPVin773rPt3UEdCBJTfAAeenQu40MaxKEEsC1oYf08p03Iq0MEMe-J_8lXJultqesdlZ7io3nFRy44-N8OuIvzKvSn/s1600/insomnio_by_shadow_nexus-d3d7bjj.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih1GfijwuB8ulALk_gWiO4ogMJlDSiJS3CyOJtv5ZzOtMl_93UoxPVin773rPt3UEdCBJTfAAeenQu40MaxKEEsC1oYf08p03Iq0MEMe-J_8lXJultqesdlZ7io3nFRy44-N8OuIvzKvSn/s320/insomnio_by_shadow_nexus-d3d7bjj.jpg" width="308" /></a></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">DOOOONNNGGGG</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Suena el replicar de la campana del reloj del salón a lo lejos, es la una de la madrugada; me encuentro en la cama. Estoy sólo, acurrucado, con los ojos bien cerrados pero no puedo dormir; los pensamientos se me arremolinan en mi cabeza como en un día de ventisca. Los problemas del trabajo y de mi vida se enraízan en la mente y no dejan que ésta quede en blanco; es en estos momentos en los que me gustaría ser un robot y poder apagar mis neuronas con sólo darle al off del power. </span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Necesito dormir lo máximo, descansar; lo que se avecina para dentro de unas horas será duro, estaré echo una piltrafa si no logro soñar profundamente, pero no puedo.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Se dibuja sin querer la figura de mi amada Emilia en mi cabeza, su piel de nácar, su cabello suave, sus ojos redondos mirándome llenos de pasión, su vientre plano, su todo; ¿que hice para que se marchara?, ella me quería, se reía con mis chistes, disfrutaba de mi compañía, ¿que demonios pasó para que todo cambiara?; y luego aquel cliente borde del que nunca recuerdo su nombre que entra siempre en mi tienda de ferretería a la hora de cerrar para pedirme unos tornillos planos, “no, esos no; ¿no los tienes más planos?”. Pienso en él y en su cara estúpida e inexpresiva, en su grasiento pelo que no se lo ha lavado al menos en un mes y me entran ganas de vomitar. </span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp88nPlzsC0ltUAaxKGNbMEsSfkWBep32l9F_sEeyR7z3-_aBVPhqx3xy7g_LTUthYWfdKxF_QRis2MANDLApNWkAU0BYPu4mZngOdVJWToZ-82Z1av02beX8ZrLxcVsgUD_U66E_n776M/s1600/lospitufos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp88nPlzsC0ltUAaxKGNbMEsSfkWBep32l9F_sEeyR7z3-_aBVPhqx3xy7g_LTUthYWfdKxF_QRis2MANDLApNWkAU0BYPu4mZngOdVJWToZ-82Z1av02beX8ZrLxcVsgUD_U66E_n776M/s320/lospitufos.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">DOOOONNNGGGG-DOOOONNNGGGG</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Son las dos de la madrugada, la dichosa campana del reloj del salón vuelve a sonar y aún no logro dormirme; intento imaginarme un prado verde en una tarde de verano soleado o un mar en calma mientras el sonar apaciguado del agua aquieta mi corazón, me encuentro más sosegado, más tranquilo diría yo, pero sigo sin conciliar el sueño y sin atisbo de poderlo encontrar. </span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Lo de contar ovejas nunca me funcionó, alguna vez escuché a cierto amigo que el contar pitufitos azules era mano de santo. No tengo nada que perder; papá pitufo, mamá pitufo, ahh no, esa no vale, una mamá pitufo no existía entre los especímenes azules con gorrito en la cabeza; siempre me pregunté como se pueden reproducir tantos pitufos sin que los haya del género femenino, a excepción claro está de pitufina, ¿por generación espontánea?. Misterios sin resolver del mundo pitufil.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Y dale con Emilia, no quiero pensar en ella. Ciertamente, esa mujer me ha marcado para siempre, era especial, con sus cosas como todo el mundo pero igualmente única. Tenía un carácter insoportable cuando se enfadaba, y luego estaba su afán por el desorden; cuantos más trastos hubiera en la casa dispuestos aleatoriamente ella era feliz. Pero la amaba y lo demás no importaba. </span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Entre una cosa y otra parece que sigo sin ser capaz de abrazar los suaves brazos de morfeo más que lo intente.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidXNIiwBfFdh2w8UMOl29cCXjoHwjgSgOlT-_ZPuRhcGjx-XDB2p2RN-L4CGHB0b21u4XT4iHc43sPGHQoL2m0Z_98npZG08kLcANFlw4FAmPxrhbFoCACUEmynhJ6RYkpAu62qWhferPc/s1600/muerte.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidXNIiwBfFdh2w8UMOl29cCXjoHwjgSgOlT-_ZPuRhcGjx-XDB2p2RN-L4CGHB0b21u4XT4iHc43sPGHQoL2m0Z_98npZG08kLcANFlw4FAmPxrhbFoCACUEmynhJ6RYkpAu62qWhferPc/s320/muerte.jpg" width="247" /></span></a></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">DOOOONNNGGGG-DOOOONNNGGGG-DOOOONNNGGGG</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 17.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Dios, no puede ser, ya son las tres de la madrugada. Aun sigo acurrucado y a oscuras pero de manera incomprensible mis pensamientos que no dejan de aflorar, cual animales voraces, no permiten que duerma.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Aquí, en la cama, me acuerdo de mi padre, fallecido hace dos años. Recuerdo sus bromas, su mal genio pero también su enorme corazón que no le cabía en el pecho. Él me enseñó a ser lo que ahora soy, los valores que rigen mi vida fueron heredados directamente de los suyos. Me enseñó bien, me ayudó con la tienda, me labró un futuro, me llevó por el camino recto, y en los tiempos que corren no es una misión fácil. Le estaré eternamente agradecido. Sólo me arrepiento de no haberle transmitido en más ocasiones que le quería.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Porqué tendré que pensar en la muerte con lo poco que me gusta; ¿que hago aquí?, ¿cual es la razón de estar vivo?, ¿existe algo después de morir?. Existen diferentes y variadas teorías sobre si hay vida después de la muerte. Las distintas religiones exponen el concepto de “cielo” aunque con nombres dispares que lo identifican; los budistas hablan de la reencarnación para expurgar los pecados de vidas pasadas; y luego están las experiencias en el umbral de la muerte, el túnel de luz, la paz infinita y el visionado de parientes cercanos que nos guían para ese nuevo viaje y todo ese rollo. Los más pesimistas dicen que lo del túnel de luz es una sensación fruto de un mecanismo de defensa primitivo que posee el cerebro para que no suframos en estos últimos instantes mientras se mueren poco a poco las células neuronales. Vamos, que estamos en las mismas, ninguna de ellas me aclara que pasa finalmente. Antes creía en Dios o algún ser superior que vela por nosotros en la tierra, pero ahora no estoy tan seguro, no estoy seguro de nada en absoluto. Mi cabeza me dice que después de la muerte existe la nada, la única manera de que los seres vivos evolucionen pero, si es así, ¿cual es la razón de tanto esfuerzo y sufrimiento en nuestra vida?, ¿tiene sentido esta realidad?, ¿porqué mis padres me engendraron si el final es ese?</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Voy a poner mi mente en blanco, estos pensamientos metafísicos me deprimen angustiosamente. Se muy bien que tendré que afrontar todo esto algún día, crucemos los dedos de que sea lo más tarde posible, pero ahora mismo me niego a discernir sobre ello.</span></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Por cierto, desde la última vez que escuché el dong del reloj del salón ha pasado un largo rato y dormido, que yo sepa, no estoy. Supongo que en breve sonará y se despejaran mis dudas, pero lo raro es que la sensación es que han pasado una hora o más. ¿Se habrá estropeado el reloj?. Si así fuese sería una bendición para mis oídos aunque a la larga lo echaría de menos. No, es imposible, fue reparado hace ahora unos tres meses y el relojero me aseguró que hasta pasada una buena temporada no tendría que llevarlo a reparar. Lo raro es que intento moverme y no puedo, ¿estaré dormido finalmente y esto que estoy sintiendo es el resultado de un macabro sueño?, ¿y si la muerte o el purgatorio, o como demonios se llame, fuese esto?.</span></div>Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1848384761588689290.post-44703853759580586552012-02-22T08:00:00.000+01:002012-02-22T08:00:10.486+01:00"Amor", proyecto para adictos a la escritura mes de febrero<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhel_apeldLjBe00ANcDPkeetsVULlSZ4LyI3O5itfzKGlteCrlN46M3NItkp68eJpOMmB-0k7FhQohuli_cgFkI0-goLbTLF9f2d5cZ0kKYq67_NIkIzBpRQNvuU1d_89S8om59aU2mKkM/s1600/cupido.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhel_apeldLjBe00ANcDPkeetsVULlSZ4LyI3O5itfzKGlteCrlN46M3NItkp68eJpOMmB-0k7FhQohuli_cgFkI0-goLbTLF9f2d5cZ0kKYq67_NIkIzBpRQNvuU1d_89S8om59aU2mKkM/s320/cupido.jpg" width="320" /></a></div>
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<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">Tengo muchos nombres, aunque me identifico más con el de Amor; ya sé que es un poco “rarito” para un Dios como yo, pero así es como me llamo. Los griegos, que son muy apañados, me llamaron Eros, pero como más se me conoce es por su acepción romana, Cupido. </span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Estos romanos me describían como un pequeño bebé alado en pañales con arco y flechas, pobres infelices, yo ni soy un bebé cagado ni utilizo ya arco y flechas para la ardua y a veces aburrida misión que mis padres me encomendaron al nacer, unir en el sentimiento amoroso a seres humanos (ya sea hombre y mujer, hombre y hombre, o incluso mujer y mujer, según la ocasión; no hago distinciones pues en ciertas culturas se encuentra penado por su Ley la discriminación por razón de sexo y, qué queréis que os diga, no es manjar de dioses que me manden a prisión y compartir mi existencia con ladrones, asesinos y malhechores, y mucho menos, ducharme con ellos). </span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Yo soy un hombre adulto como cualquier humano, con bastante atractivo diría yo, pero con la salvedad de ser inmortal y de poseer poderes extraordinarios intrínsecos a mi cualidad de dios; el arco y la flecha fueron sustituidos, afortunadamente, a iniciativa propia después del fiasco que produjo al errar mi flecha uniendo, sin pretenderlo, amorosamente a una mujer rechoncha y poco agraciada físicamente con un perro faldero de hocico negro y boquita babeante; el que salió peor parado os podéis imaginar fue el perro, por polvos mágicos que dispensaba a uno y a otro previamente elegidos por mí para que el deseo anidara en sus corazones.</span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"> <span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Han dicho de Cupido muchas falacias con mejor o peor intención, como que no valgo para esto o me equivoco más que una escopeta de feria, pero se debe reconocer aun con los fallos que de seguro he cometido, mi dedicación a la causa. Las relaciones humanas son enormemente complejas, existen multitud de factores, yo lo asemejaría a un puzzle gigantesco de un millón de piezas a las que debes encajar al milímetro una a una para que todo vaya como tiene que ir, y eso es una sola pareja, porque cuando se me acumula el trabajo y debo unir a cientos de ellas es la hecatombe, el “no-acabose”; si fuese humano se forrarían conmigo los psiquiatras especializados en estrés.</span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Tengo el tremendo honor de haber unido a parejas famosas que han formado parte de la historia; ahora me vienen a la mente la primera, Adán y Eva, así se les conocía, aunque ellos en la intimidad de su lecho se autodenominaban Pepito y Juliana; no me preguntéis la razón, me costó arduos esfuerzos, y debo reconocer alguna que otra cana, que se gustaran ya que estaban más pendientes de una manzana roja y brillante y de su mascota, una serpiente repulsiva, que de otra cosa.</span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Entre mis logros también se encuentran el bajito y bastante feo Napoleón con Josefina; fue duro pues Napoleón se llevaba todo el santo día de batallitas o jugando con sus soldaditos de plomo. </span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Con el trabajo de Cleopatra y Marco Antonio me he sentido siempre muy orgulloso; eran tan diferentes que resultaba hasta patético el plantearse esa labor, una la reina de Egipto, chiquitita pero con enorme atractivo, el otro un petulante y orgulloso general romano; no pegaban ni con cola. La cosa acabó en tragedia, pero decidme alguno si merece la pena el amor sin plantearse, al menos un instante, morir por él.</span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Bill y Hillary Clinton, así como el “affaire” con Mónica Lewinsky, por ejemplo, también son de mi cosecha; todos me podréis achacar mi desliz y mal hacer en este asunto, pero todo tiene su explicación. A Bill, la primera vez que lo ví no me cayó demasiado bien, su aire de chico que no había roto un plato en la vida y su ambición desmedida por conseguir ser alguien importante, el más importante de todos, hicieron que pensara decididamente que no le vendría nada mal una cura de humildad; reconozco que fue un divertimento para mí, una distracción de mi monótona función, pero creo firmemente que se lo tenía bien merecido y le hizo mejor persona.</span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Podría contar miles, millones de historias, pero ahora me voy a detener en una; nunca la oísteis antes pues se refiere a la unión de una pareja anónima, son mis favoritas. En los años noventa había dos personas que necesitaban consuelo, eran dos personas excepcionales, cada una con sus virtudes y miserias pero igualmente excepcionales, los llamaremos figuradamente Romeo y Julieta.</span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> Romeo, un hombre de veintitantos años con relaciones de pareja fallidas en el pasado, en la intimidad reconocía que nunca conocería al amor de su vida; y Julieta, una chica de diecinueve años sin ninguna relación anterior en su haber, pero con ganas de encontrar al hombre maduro que la comprendiera. Lo preparé todo para que se conocieran en circunstancias algo extrañas; ni Romeo ni Julieta iban a salir aquella noche, tenían excusas muy buenas para quedarse en casa; para Romeo era que televisaban un partido de su equipo favorito; para Julieta simplemente le daba mucha pereza salir aquella noche de fiesta.</span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>A Romeo lo llamó un amigo convenciéndolo de que saliera, al prometerle un ligue seguro en una fiesta organizada por la facultad de Ciencias de la Información; a Julieta la llamó una amiga estudiante y le solicitó ayuda, pues necesitaban llenar la fiesta para poder visitar Praga en viaje de fin de curso. Romeo se enamoró al instante al ver aquellos ojos grandes color miel de Julieta; a ella le costó algo más fijarse en Romeo, y aunque en ese momento no lo supiera, ya empezaban a gustarle las maneras educadas de Romeo, su galantería y su forma de manejarse ante una mujer. Para mí fue una satisfacción enorme. Ambos, sin pretenderlo, habían conocido a su media naranja, a su otro yo, a la parte que los completaba. Estarán siempre juntos hasta el final de los días. </span></b></div>
<div style="font: 14.0px Cochin; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; text-indent: 18.0px;">
<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Ya me despido que me pongo sentimental y puedo resultar pastoso, pero no quiero marcharme sin antes ofreceros un consejo gratuito: no desfallezcáis en el intento de conseguir el amor, no os conforméis con personas que no os valoren ni os respeten; tarde o temprano el amor os llegará y os vencerá. Si es verdadero lo sabréis.</span></b></div>Jacstitehttp://www.blogger.com/profile/11112124437714982663noreply@blogger.com14