lunes, 15 de agosto de 2011

Un hombre de paz

En este artículo, y haciendo un lapsus en mis vacaciones, me he decidido a escribir por la indignación y repulsa que me ha ocasionado lo acontecido con una persona muy querida y conocida de la blogosfera sevillista, me refiero a Giulio Guerrera, a partir de ahora lo denominaré Don Giulio por el respeto y admiración que le profeso.

Para quién haya quedado desconectado en estas fechas estivales de los "entresijos sevillistas", os diré a modo de resumen lo ocurrido con Don Giulio y cierto periódico de nuestra Ciudad, Estadio Deportivo. Don Giulio, en un intento de dar a conocer lo que se está cociendo en la Secretaría Técnica del Sevilla F.C., decide contactar con un miembro destacado de la misma, concretamente Victor Orta, para realizarle una entrevista que sería "colgada" en su blog, cosa que así sucede. Una vez publicada la entrevista en su blog, y sin previo aviso, sin conocimiento ni consentimiento por su parte, Estadio Deportivo, en adelante lo denominaré ED, publica íntegramente la entrevista en su periódico y firmando el artículo Giulio Guerrera. 

Os podéis imaginar el revuelo que se formó a partír de entonces, toda la blogosfera sevillista se unió en defensa de su compañero por lo que se entendía una manipulación y una utilización de información sin consentimiento de su autor. A partir de entonces, ciertos personajes, o personajillos, que al parecer escriben para ED empezaron su particular "huída hacia adelante" criticando, insultando e incluso faltándole al respeto no sólo a Don Giulio sino al resto de los que conformamos la bien llamada "blogosfera sevillista" en la red twitter, hasta que finalmente miembros de ED deciden ponerse en contacto con Don Giulio y le ofrecen un acuerdo de rectificación que se plasma con una publicación en la edición de este Sábado pasado, rectificación que Don Giulio considera satisfactoria para acabar con esta sinrazón.

Desde siempre yo he considerado que existen dos tipos de seres humanos, los hombres rectos que buscan la paz y aquellos, por contra, que entienden la vida como una pura confrontación, que se defienden atacando al contrario sin conocer las consecuencias que estos actos pudieran derivarse, y esta clasificación curiosamente viene como anillo al dedo a lo aquí sucedido y voy a explicarme. 

Por una parte, y en un extremo del ring, válgame el símil pugilístico, se encuentra Don Giulio, que aunque tengo que reconocer que no lo conozco en persona, en la lejanía siempre me ha parecido un hombre cabal, consecuente con sus ideas, ya te puedan gustar o no, que utiliza la palabra para expresar lo que piensa pero sin imponer por la fuerza sus opiniones. Cuando se ve envuelto en una disputa, no pienso que sea de las personas que las busque, pretende, sin traicionar a sus ideas, llegar a un entente cordial que haga que todas las partes queden satisfechas, aún cuando el acuerdo que se consiga no sea del todo favorable, en nuestro argot, expresión recurrente de cualquier abogado que se precie "más vale un mal acuerdo que un buen pleito", yo por esto tengo que aplaudirle y descubrirme ante él aunque opine que la rectificación de ED resulte algo escasa para el perjuicio que ocasionó.

En el otro extremo del ring, deben aparecen aquellos personajes siniestros que haciendo uso de su retórica periodística y sin más argumentos para reconocer su error, por contra, atacan sin discriminación para defenderse de todo aquel que siquiera ose criticar sus malas artes o su escasa profesionalidad, personas prepotentes que no conocen la humildad para reconocer el error cometido y pedir disculpas.

Cuestión aparte merece aquel miembro de ED que, insultando a los que conformamos la blogosfera sevillista, vino a decir que todos nosotros tenemos un escaso cociente intelectual (no se si utilizó el término de "coeficiente", en cualquier caso aún siendo un error todos le entendimos). Ante este ataque a mi se me ocurren muchos refranes que encajarían perfectamente en la concepción que podría tenerse de este Señor, como son "A palabras necias oidos sordos", o "Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces",  todos ellos dichos populares  de enorme sabiduría y que por si solos describirían perfectamente la situación.

He echado en falta que periodistas de esta Ciudad se hicieran eco de lo ocurrido y escriban sobre ello para que estas practicas insanas e insalubres no vuelvan a producirse, pero ya se sabe en la profesión de periodismo existe el mal concebido por ellos como "corporativismo", pretendiendo echar la basura debajo de la alfombra para que no se vea, pienso que si aman su profesión se equivocan.

Ya para finalizar, si la vida nos diera la posibilidad de elegir que tipo de persona queremos ser, es evidente para mi que sería la de un hombre de paz como Don Giulio, otros en cambio me temo que ya tomaron otro camino que se demuestra con sus actos.